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RedacciónInternacional.- En el Líbano, el primer día de cese de hostilidades entre las fuerzas israelíes y las milicias en el sur del país trajo un contraste entre la esperanza de regreso y la incertidumbre del futuro. Según datos de la agencia de noticias EFE, miles de desplazados comenzaron a abandonar los refugios temporales para intentar regresar a sus hogares, mientras otros se enfrentan a la devastación que dejó el conflicto.
Desde las primeras horas de la tregua, las carreteras hacia el sur y este del país se vieron abarrotadas. Familias enteras, muchas con sus pocas pertenencias cargadas en remolques improvisados, intentaban alcanzar las zonas más golpeadas por los bombardeos de los últimos meses. Sin embargo, no todos los desplazados pudieron partir: según EFE, muchos perdieron sus hogares o aún consideran que las condiciones no son seguras para regresar.
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En una escuela en Bir Hassan, suburbio de Beirut que sirvió como albergue temporal, las aulas empiezan a vaciarse, aunque algunos desplazados aún no pueden marcharse. Ahmad Ali, uno de los residentes del refugio, explicó a EFE que su casa en Kfar Melki sigue en pie, pero es inhabitable debido a la falta de agua y electricidad tras los ataques. “Golpearon la compañía de agua en nuestra zona; que Dios no perdone a los israelíes”, lamentó.
Por su parte, Zeinab Jaber espera regresar pronto al Dahye, suburbio sureño de Beirut que sufrió graves bombardeos. Aunque su vivienda apenas sufrió daños menores, el acceso al área es complicado por los escombros y los restos de la última oleada de ataques. “Lo más importante es que estamos bien. Nuestra vida vuelve a la normalidad”, declaró a EFE, confiada en que el alto el fuego marcará un cambio definitivo.
Mientras algunos preparan su retorno, otros, como Nada Abbas Thine, aún enfrentan obstáculos. Sin medios de transporte adecuados y con una vivienda dañada, ella y su familia planean esperar un día más antes de intentar regresar al Dahye. Según relató a EFE, las calles están llenas de escombros y humo, y el olor a destrucción aún persiste en el aire.
El acuerdo de alto el fuego, que contempla una tregua inicial de 60 días, da esperanza a los desplazados, pero también deja dudas sobre la estabilidad de la región. Según EFE, los primeros retornos son una señal de la capacidad de recuperación de los libaneses, aunque el panorama sigue siendo incierto para los más de 1,5 millones de desplazados por el conflicto.