El ataque llevado a cabo por Shamsud-Din Jabbar durante las celebraciones de Año Nuevo en Nueva Orleans, que resultó en 14 muertos y decenas de heridos, ha causado gran conmoción a nivel nacional. El hecho no solo ha impactado por el elevado número de víctimas, sino también por el uso de un explosivo casero nunca antes utilizado en ataques en Estados Unidos o Europa. La investigación ha sido asumida por el FBI y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), quienes se han enfocado en esclarecer cómo Jabbar obtuvo los materiales para fabricar el explosivo.
El pasado viernes, confirmaron que Jabbar había colocado dos artefactos explosivos en Bourbon Street, uno de los lugares más turísticos de la ciudad. Sin embargo, las bombas no llegaron a detonar. Las autoridades han señalado que un transmisor encontrado en su camioneta estaba diseñado para hacer explotar los dispositivos, pero falló en su propósito. Aún no está claro si la falta de detonación se debió a un problema técnico, falta de activación o errores durante el ensamblaje.
Antes del ataque, Jabbar intentó destruir evidencia incendiando una casa de alquiler en la calle Mandeville. Sin embargo, los bomberos descubrieron que el fuego no se propagó, lo que permitió encontrar restos de materiales explosivos y un dispositivo que las autoridades sospechan podría haber sido un silenciador casero para rifle.
El FBI ha enviado el transmisor, las armas y otros objetos a su laboratorio para su análisis. Más de 1.000 pistas y videos captados por cámaras de seguridad están siendo revisados. Los investigadores han confirmado que Jabbar actuó en solitario y no hay indicios de que estuviera vinculado a ninguna organización mayor, aunque la investigación sigue en curso.