México.- El huracán John, que tocó tierra en las costas del Pacífico mexicano la noche del 23 de septiembre como un huracán de categoría 3, ha dejado un saldo de dos personas fallecidas y daños significativos en los estados de Guerrero y Oaxaca. El ciclón, que se degradó a tormenta tropical en las primeras horas del 24 de septiembre, ha provocado inundaciones, cortes de energía y bloqueos de vías de comunicación en varias zonas, afectando a comunidades enteras que quedaron incomunicadas debido a las intensas lluvias y fuertes vientos.
El fenómeno climático, que impactó en Marquelia, Guerrero, con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, ocasionó el colapso de carreteras y el derribo de árboles y postes de luz en distintas regiones. Entre las áreas más afectadas se encuentra la Costa Chica de Guerrero, donde la falta de suministro eléctrico y el colapso de líneas telefónicas ha dejado incomunicadas a varias comunidades. Evelyn Salgado, gobernadora de Guerrero, informó que se desplegaron 18,718 efectivos militares y civiles para realizar labores de rescate y limpieza, y se habilitaron 170 refugios para dar cobijo a las familias damnificadas.
En el estado de Oaxaca, John también dejó una estela de destrucción, derribando árboles y provocando deslaves en varias carreteras, lo que ha dificultado el acceso a zonas afectadas. Santiago Pinotepa Nacional, Puerto Escondido y Huatulco se encuentran entre las localidades más afectadas, con sus aeropuertos cerrados hasta nuevo aviso. Dos comunidades de Oaxaca, El Tamal y Motillas, quedaron sin suministro eléctrico tras el paso del huracán.
El fenómeno meteorológico tuvo un impacto emocional en los habitantes de las zonas afectadas, como lo relata Anne Soto, una residente de Mazunte, Oaxaca, quien compartió su experiencia desde lo alto de la montaña donde reside. A pesar de haber tomado precauciones, la magnitud del huracán le generó incertidumbre sobre lo que sucedería, observando el inusual comportamiento de las olas.
A pesar de que John ya se ha degradado a tormenta tropical, las autoridades federales y locales continúan en alerta debido a las lluvias torrenciales y posibles inundaciones repentinas. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha emitido alertas de lluvias extraordinarias en Guerrero y Oaxaca, con acumulaciones que podrían superar los 250 milímetros. Otros estados, como Chiapas y Veracruz, también están en alerta debido a las lluvias intensas que podrían generar desbordamientos y deslaves.
Las autoridades continúan monitoreando la situación en tiempo real y coordinando las acciones de rescate y apoyo a los damnificados. La Secretaría de Salud ha reforzado el envío de medicamentos para evitar desabasto en las zonas más afectadas, y se han instalado cocinas comunitarias para ofrecer comida caliente a las personas en los refugios. Asimismo, se mantienen activos los operativos de vigilancia en los centros comerciales y mercados de Acapulco para prevenir delitos durante la emergencia.
El impacto de John ha traído a la memoria de los habitantes de Guerrero la devastación causada por el huracán Otis hace casi un año, cuando este fenómeno arrasó con Acapulco, causando millonarias pérdidas económicas y un número considerable de víctimas. Aunque John no alcanzó la magnitud de Otis, las autoridades y la población se mantienen en alerta ante la posibilidad de más daños debido a las lluvias persistentes en la región.
El recuento de daños está en marcha, y se espera que las autoridades sigan trabajando para restablecer el acceso a las comunidades incomunicadas y evaluar el impacto total de este evento climático en los próximos días.