Tijuana .- Lo que comenzó como una inquietud personal, se transformó en un proyecto comunitario que hoy llena de color y orgullo a la colonia Altabrisa. Arturo García, residente de esta zona, decidió un día tomar acción ante el descuido de su calle y convertir el camellón de la calle Alta Brisa en un pequeño oasis de inspiración oriental.
Con una profunda admiración por la cultura japonesa y china, Arturo comenzó a decorar el camellón con esculturas y edificaciones a escala, evocando templos, pagodas y detalles cargados de simbolismo. La motivación inicial fue sencilla: quería tener una bonita vista desde la ventana de su casa, un espacio que durante años permaneció sucio y abandonado.
“Vi el potencial del lugar, aunque era pequeño. Quería cambiar lo que veía afuera, así que salí de mi zona de confort y empecé por algo que me hiciera sentir bien”, compartió Arturo. Lejos de dejarse vencer por las dudas o comentarios negativos, confió en que el esfuerzo valía la pena. “Algunos me decían que lo iban a robar o destruir, pero yo nunca he sido de mentalidad negativa”, agregó con una sonrisa. Hasta el día de hoy, su obra sigue intacta.
Su iniciativa no solo transformó el espacio físico, sino también el espíritu de la colonia. Vecinos que antes pasaban de largo, ahora se detienen a admirar el trabajo y han comenzado a sumarse al proyecto. Ya planean agregar otras estructuras como una réplica de la Torre de Agua Caliente y la Torre Eiffel, con la ilusión de llenar todo el camellón de figuras que representen diversas culturas.
Para Arturo, este es un ejemplo de cómo cuando las cosas se hacen con amor, los resultados siempre son positivos. “Se pueden mover corazones, sentimientos y acciones que sumen a la comunidad”, afirma.
Lo que alguna vez fue una banqueta gris y olvidada, hoy es testimonio de que una sola persona puede inspirar belleza, unión y cambio real.
