Por Redacción
Tijuana, B.C.
El Partido Acción Nacional (PAN) enfrenta en Tijuana un momento definitorio: mantenerse fiel a su historia o asumir la necesidad de renovarse para recuperar un lugar central en la vida pública de la ciudad.
El próximo domingo 28 de septiembre de 2025, los militantes del Partido Acción Nacional en la ciudad como en Baja California acudirán a las urnas para elegir a sus consejeros nacionales y a las presidencias de los comités directivos. Más allá de un ejercicio interno, la jornada se perfila como un espejo que reflejará tanto la fortaleza de su militancia como las fracturas que arrastra el blanquiazul tras varios procesos electorales en los que no ha logrado resultados contundentes.
En Tijuana, la contienda interna entre Myrna González Medina, exregidora del XXII Ayuntamiento, y Rafaela Jocobi Yocupicio, quien buscó una diputación local por el distrito XIII en el proceso 2023-2024, ha marcado un parteaguas dentro del PAN. Sus proyectos han dividido a la militancia: de un lado, quienes se aferran a las estructuras tradicionales, y del otro, quienes ven en la renovación la única vía para que el partido logre reconectar con la ciudadanía tijuanense.
El escenario político de Baja California ha cambiado en la última década. Nuevas fuerzas han capitalizado el desencanto ciudadano y han convertido a Tijuana en un espacio de competencia inédita. En este contexto, el PAN no se niega a desaparecer, pero tampoco ha encontrado todavía el rumbo que lo acerque a los nuevos votantes, especialmente a los jóvenes y los adultos mayores.
En la asamblea, las voces más experimentadas defenderán la tradición del partido, mientras que las corrientes emergentes exigirán transparencia, inclusión y apertura a liderazgos frescos. El dilema que enfrenta el PAN en Tijuana no es menor: si logra articular estas visiones, puede renacer como una opción viable; si no, corre el riesgo de quedar reducido a una fuerza testimonial.
En tiempos donde la ciudadanía exige resultados y cercanía, la transformación no es una opción lejana, sino una necesidad urgente para cualquier organización política.
Para Acción Nacional, el desafío no solo está en mantener su registro o presencia, sino en recuperar la confianza de una ciudad dinámica que no espera, que cambia y que demanda ser escuchada.
