Florida, Estados Unidos.- El expresidente Donald Trump fue víctima de un aparente intento de asesinato mientras jugaba golf en su club de West Palm Beach, Florida, el pasado domingo, en lo que constituye el segundo atentado en su contra en menos de dos meses. El incidente tuvo lugar alrededor de las 14:00 hora local, cuando agentes del Servicio Secreto detectaron a un hombre armado con un rifle AK-47 entre los arbustos, a una distancia aproximada de 365 metros del expresidente. El agresor fue identificado como Ryan Wesley Routh, un hombre de 58 años que intentaba apuntar a Trump desde un punto estratégico en el campo de golf.
El Servicio Secreto reaccionó de manera inmediata al detectar al sospechoso, abriendo fuego contra él, lo que obligó al atacante a huir del lugar en un vehículo SUV. Sin embargo, tras una persecución, el hombre fue detenido en un condado vecino. Durante su huida, dejó atrás el rifle, dos mochilas, una cámara GoPro y una mira telescópica. Estos objetos fueron recuperados por las autoridades y se encuentran bajo investigación del FBI, que ha calificado el hecho como un “aparente intento de asesinato”.
El expresidente, quien se encontraba a salvo en todo momento, aseguró a sus seguidores a través de un correo electrónico que se encontraba bien y reafirmó su determinación de seguir adelante con su campaña presidencial. “Nada me detendrá. ¡Nunca me rendiré!”, escribió Trump, en un mensaje que también sirvió para elogiar la rápida intervención del Servicio Secreto.
Este incidente ocurre apenas dos meses después de otro intento de asesinato contra Trump durante un mitin en Butler, Pensilvania, en el que una bala rozó su oreja. En ese ataque, el agresor, Thomas Matthew Crooks, disparó contra el expresidente con un rifle AR-15 desde el tejado de un edificio cercano. Crooks fue abatido por un francotirador del Servicio Secreto tras disparar al público, causando la muerte de una persona. La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, renunció a su cargo tras ese atentado debido al escrutinio al que fue sometida la agencia por fallos en la seguridad.
Este nuevo atentado contra Trump ha generado una fuerte condena de figuras políticas, incluidas la vicepresidenta Kamala Harris y el presidente Joe Biden. Harris, quien ahora encabeza la candidatura presidencial demócrata, expresó a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter): “Me alegra que esté a salvo. La violencia no tiene cabida en Estados Unidos”. El presidente Biden también fue informado del suceso y expresó su alivio por la seguridad de Trump.
El incidente ha despertado preocupaciones sobre la creciente violencia política en Estados Unidos, especialmente en un año electoral marcado por una retórica polarizante y divisiones partidistas cada vez más profundas. A pesar de las “nuevas normalidades” que el país ha tenido que enfrentar en los últimos años, este tipo de ataques siguen siendo impactantes y generan incertidumbre sobre el futuro de la seguridad de los candidatos presidenciales.
El FBI continúa investigando las motivaciones detrás del intento de asesinato, y aunque los detalles aún no están completamente claros, este suceso pone en evidencia un clima político cada vez más tenso y peligroso. Las autoridades han señalado que, aunque este tipo de incidentes sigue siendo inusual, parece que la violencia dirigida contra figuras políticas de alto perfil se está volviendo una realidad más común en la actual política estadounidense.
