En la reciente encuesta de Rubrum, la senadora Julieta Ramírez (mejor conocida en los pasillos digitales como “la Julietona”) encabeza la preferencia para la candidatura para la gobernatura en Baja California con un flamante 36 %. Todo muy espectacular… hasta que uno rasca un poco y se da cuenta de que ese primer lugar huele más a pauta que a pueblo.
Porque no nos engañemos: en tiempos donde la política se hace a golpe de influencer y de dinero bien invertido en bots y banners, no es casualidad que Julieta aparezca como puntera en todas las encuestas que casualmente ella misma promueve. Hay que reconocerle la estrategia: ha decidido convertir su quincena en likes, en encuestas “cuchareadas” y en un despliegue digital tan omnipresente como sospechoso. Pero de ahí a decir que tiene más presencia y conexión real que dos alcaldes y una exalcaldesa… hay varios kilómetros de simulación.
¿Y las demás opciones? Montserrat Caballero, con un 25.1 %, carga con algo que ni todo el pautaje del mundo puede comprar: trayectoria y arraigo. Exalcaldesa de Tijuana, no necesita pagar por encuestas ni mendigar atención en redes. Su paso por la alcaldía dejó marcas visibles y una conexión auténtica con la gente que se mantiene viva. A ella le basta un en vivo mal encuadrado o un post sin filtro para sacudir el avispero digital. Su influencia no se mide en likes comprados, sino en respaldo real. Mientras unos inflan números, Caballero levanta polvo con hechos.
Ismael Burgueño y Norma Bustamante (la alcaldesa que un día se tropieza y al otro también con sus declaracion) aparecen con 19.7 % y 19.2 %, respectivamente. Burgueño ha sido discreto, sí, pero no invisible: su presencia en medios locales es constante y estratégica, sin necesidad de fuegos artificiales. Conoce Baja California como pocos, porque ya la caminó entera cuando fue dirigente estatal de su partido. Mientras otros pagan por verse, él simplemente está. No hace ruido innecesario, pero en el campo de batalla (que es donde realmente se juega la política) su trabajo es visible: reuniones con vecinos, estructuras vivas, cercanía sin filtros. Eso no se compra en Google Ads, ni se edita en Canva.
La encuesta muestra cifras, sí, pero también delata estrategias. Morena dice que ya no usará encuestas internas para definir candidaturas, perfecto, pero si lo único que las va a reemplazar son likes patrocinados y simulaciones digitales, entonces más vale que la ciudadanía se prepare para campañas hechas en After Effects, no en territorio. Porque gobernar no se trata de ser viral; se trata de ser real.