El fútbol argentino está de luto. A los 69 años, Miguel Ángel Russo, actual director técnico de Boca Juniors, falleció en su casa, donde permanecía bajo internación domiciliaria tras una recaída en su estado de salud.
El pasado 21 de septiembre, Russo dirigió su último partido oficial desde el banquillo xeneize, durante el empate 2-2 ante Central Córdoba por la novena fecha del Torneo Clausura. Pocas horas después fue hospitalizado y, aunque recibió el alta, su cuadro se agravó en los días siguientes. El club había informado el 6 de octubre que el entrenador se encontraba con “pronóstico reservado”.
Russo fue uno de los técnicos más respetados y queridos del fútbol argentino. En 2017 superó un cáncer de vejiga y la detección de un tumor en la próstata, enfermedades que marcaron su vida pero no frenaron su pasión por el deporte. A lo largo de su carrera, dirigió a equipos como Rosario Central, Estudiantes, San Lorenzo, Vélez, Racing y Boca Juniors, con quien conquistó la Copa Libertadores 2007 junto a Juan Román Riquelme como figura.
Su legado queda marcado por su profesionalismo, liderazgo y amor por el fútbol. Jugadores, colegas y aficionados han expresado su pesar y reconocimiento hacia una figura que dejó huella dentro y fuera de la cancha.