Ciudad de México.- En el marco del décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, padres y madres de las víctimas protagonizaron una marcha simbólica que partió desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino de la Ciudad de México. El principal objetivo de la movilización fue reclamar al presidente Andrés Manuel López Obrador por lo que consideran una traición a las promesas de campaña en torno al esclarecimiento del caso, así como advertir a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que no darán tanto tiempo para obtener respuestas como lo hicieron durante el sexenio de López Obrador.
La marcha, que estuvo marcada por la lluvia y el dolor, culminó con un mitin en el Zócalo, donde los padres de los desaparecidos encontraron bloqueado su acceso por barreras de concreto instaladas por el gobierno. A pesar de estas dificultades, lograron sortear los obstáculos y se pronunciaron enérgicamente en contra de la falta de avances en las investigaciones, señalando que tanto el gobierno de Enrique Peña Nieto como el actual han fallado en cumplir con la demanda de justicia.
Mario González, padre del joven normalista César Manuel González, fue uno de los oradores más críticos. Acusó a López Obrador de traicionar no solo a los padres de los 43, sino a todo el pueblo mexicano, al proteger al Ejército en las investigaciones, a pesar de que existen evidencias que señalan la participación militar en el ataque y desaparición de los estudiantes. En su discurso, González subrayó que “no los va a detener” ninguna barrera física ni política en su búsqueda de justicia, y que seguirán exigiendo la verdad, sin importar quién esté en el poder.
Hilda Leguideño, madre de Jorge Antonio Tizapa, también dirigió fuertes palabras al presidente, señalando que, aunque Peña Nieto fue el responsable directo de la desaparición de sus hijos, López Obrador había decidido proteger al Ejército, traicionando así la confianza que los padres depositaron en él. En su discurso, Leguideño reiteró la necesidad de que el gobierno entregue los documentos faltantes sobre el caso, conocidos como los “800 folios”, y solicitó el regreso del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), al que consideró como clave para avanzar en las investigaciones.
El abogado de los padres de los normalistas, Vidulfo Rosales, explicó que, aunque al inicio del sexenio de López Obrador hubo avances en las investigaciones, la situación cambió drásticamente cuando las pesquisas empezaron a señalar la infiltración del Ejército en la Normal de Ayotzinapa. A partir de ese momento, el gobierno se replegó y dio la espalda a los familiares de las víctimas. Rosales añadió que los intentos del gobierno por bloquear la marcha mediante la instalación de barreras de concreto son una muestra clara de la falta de solidaridad y compromiso hacia los padres de los desaparecidos.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el pase de lista de los 43 normalistas, donde sus nombres fueron mencionados uno a uno, seguidos por la frase “¡Presente!”. A lo largo del recorrido, los manifestantes también realizaron pintas y rompieron algunos vidrios en señal de protesta, mientras lanzaban consignas exigiendo justicia.
En su intervención, Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete González, criticó duramente al presidente López Obrador, a quien calificó de “zopilote” y “hombre de arena”, por no cumplir con la promesa de llevar ante la justicia a los responsables, incluido el expresidente Peña Nieto y el exsecretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong. Navarrete concluyó su discurso advirtiendo que “la verdad y la justicia siempre se imponen”, a pesar de los obstáculos impuestos por el gobierno.
La manifestación también contó con la presencia del obispo emérito Raúl Vera, así como de cientos de estudiantes de normales rurales y activistas que acompañaron a los padres en este décimo aniversario. En el Zócalo, pancartas con los rostros de Peña Nieto y otros funcionarios de su administración, escoltados por elementos de la Guardia Nacional, portaban el lema “Culpables”, subrayando la demanda de justicia no solo para los normalistas, sino para todas las víctimas de desaparición forzada en México.
Este aniversario, además de marcar una década de dolor e incertidumbre, representa un punto de inflexión en la lucha por la verdad. Los padres y madres de los 43 normalistas han dejado claro que no descansarán hasta que el caso sea resuelto, y que seguirán exigiendo justicia, sin importar quién esté en el poder.