Por Redacción | Tijuana, Baja California, 11 de diciembre de 2025.
Fernando Castro Trenti no solo pone en duda el contenido de la denuncia anónima ante la Fiscalía General de la República (FGR) contra el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño; también cuestiona la forma en que el supuesto citatorio se hizo público.
El diputado federal de Morena considera “extraño” que un documento de carácter personalísimo y judicial haya terminado en medios de comunicación, cuando los protocolos del Ministerio Público exigen secrecía precisamente para no poner en riesgo las investigaciones ni permitir la evasión de algún señalado.
Sobre el texto que circuló, asegura que se trata de una narrativa “novelizada”, plagada de generalidades, sin precisión de modo, tiempo y lugar, y sin los elementos mínimos que configuren la existencia de un delito de lavado de dinero. Más que un expediente jurídico, dice, parece una pieza de nota roja construida para sembrar sospechas en la opinión pública.
Castro Trenti advierte que, con el avance de la inteligencia artificial, incluso podría tratarse de un citatorio falso, fabricado como parte de un golpe político. En esa lógica, insiste en que la responsabilidad de Burgueño es primero verificar directamente con la autoridad si existe o no una imputación real.
Respecto a los señalamientos de que él o el exdelegado federal Jesús Ruiz Uribe estarían detrás de la denuncia, el legislador es tajante: “Me quieren llevar a una fiesta a recoger la basura que yo no tiré”. Afirma que, de tener razones para denunciar a alguien, lo haría dentro de la ley y a la luz pública.
Para Castro Trenti, el contexto es claro: Burgueño se ha convertido en un aspirante serio, alcalde de una ciudad clave y posible candidato a la gubernatura, lo que habría encendido alertas fuera de Morena. De ahí que vea más un “fuego enemigo” que una disputa interna, con la intención de hacer pelear al movimiento consigo mismo en plena temporada política.