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Calculan el origen del meteorito que mató a los dinosaurios

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Internacional.- Un reciente estudio publicado en la revista Science ha esclarecido uno de los mayores misterios de la historia de la Tierra: el origen del meteorito que causó la extinción masiva hace 66 millones de años. El evento que llevó al colapso de aproximadamente el 75% de las especies del planeta, incluidos los dinosaurios. Este análisis revela que el meteorito que impactó la Tierra provenía del sistema solar exterior, más allá de la órbita de Júpiter, y no de un cometa como se había especulado anteriormente.

El impacto del meteorito, que se estrelló en la actual península de Yucatán, México, dejó un cráter de más de 10 kilómetros de ancho, conocido como Chicxulub. Este evento cataclísmico provocó un pulso de calor global y desencadenó un largo invierno que bloqueó la luz solar y, en consecuencia, la fotosíntesis. Esta interrupción en la cadena trófica llevó a la muerte masiva de plantas, herbívoros y, finalmente, de los carnívoros que dependían de ellos.

El estudio, dirigido por científicos de la Universidad de Colonia en Alemania, se centró en el análisis de la capa de rocas que marca el límite entre el Cretácico y el Paleógeno, conocido como el límite K-Pg. Esta capa contiene elevados niveles de elementos del grupo del platino, como el iridio y el rutenio, que son raros en la corteza terrestre pero comunes en meteoritos. El iridio, en particular, ha sido un marcador clave para identificar el impacto del meteorito, pero el reciente análisis de rutenio ha proporcionado una visión más precisa sobre el origen del asteroide.

Los investigadores analizaron los isótopos de rutenio encontrados en esta capa y los compararon con muestras de meteoritos y asteroides de diferentes partes del sistema solar. Los resultados indicaron que el rutenio en la capa límite coincidía con el de los asteroides formados en el sistema solar exterior, confirmando que el meteorito no era un cometa, como se había pensado anteriormente.

El impacto no solo creó un cráter devastador, sino que también lanzó una inmensa cantidad de polvo y escombros a la atmósfera, bloqueando la luz solar durante años y enfriando el clima global. Este cambio drástico en el ambiente terrestre condujo a la extinción de los dinosaurios no avianos, como el Tyrannosaurus rex y el Triceratops, así como de numerosos otros grupos de animales grandes. Sin embargo, algunos grupos de animales, como las aves, los cocodrilos y los mamíferos pequeños, sobrevivieron.

La extinción de los dinosaurios permitió que los mamíferos, que antes eran pequeños y relativamente insignificantes, proliferaran y evolucionaran en las formas de vida dominantes que conocemos hoy. Sin este evento catastrófico, la evolución podría haber tomado un rumbo muy diferente.

Aunque se ha sugerido que las erupciones volcánicas en las Trampas del Decán, en la actual India, pudieron haber contribuido a las condiciones adversas posteriores al impacto, el estudio actual muestra que los patrones de elementos en la capa límite son más consistentes con un impacto de meteorito que con actividad volcánica. Los gases de efecto invernadero liberados por estas erupciones probablemente ayudaron a mitigar algunos de los efectos más extremos del invierno post-impacto.

Este descubrimiento no solo resuelve un enigma científico importante, sino que también subraya cómo eventos cataclísmicos pueden reconfigurar profundamente la vida en la Tierra. La investigación continúa, y cada hallazgo adicional acerca de estos eventos antiguos ayuda a comprender mejor nuestra historia planetaria y la evolución de la vida en la Tierra.

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