Rusia.- En una decisión sin precedentes, Rusia ha multado a Google con una suma astronómica, difícil de concebir: 20 mil billones de dólares, una cifra que, en comparación, excede el Producto Interno Bruto mundial de alrededor de 100 billones de dólares, según el Banco Mundial. Este monto, derivado de sanciones impuestas por eliminar canales en la plataforma YouTube, ha generado escepticismo y debate en la comunidad internacional.
La sanción surge de un largo conflicto judicial que comenzó en 2020, cuando YouTube decidió bloquear el canal ruso ultranacionalista Tsargrad, en respuesta a las sanciones de EE.UU. contra el propietario de este medio. A medida que se intensificaron las tensiones globales por la invasión rusa a Ucrania, Google aplicó restricciones adicionales a otros canales rusos, lo cual incrementó el conflicto. En consecuencia, el tribunal ruso llamó a Google a restaurar estos canales y responsabilizó a la empresa bajo el artículo 13.41 del Código de Infracciones Administrativas ruso.
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El impacto de la retirada de grandes compañías tecnológicas del mercado ruso ha sido palpable. Empresas como McDonald’s, Coca-Cola, Pepsi, Netflix y Nintendo abandonaron Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania, acciones que, según informes, han intensificado los ciberataques de hackers rusos hacia sistemas en Estados Unidos.
Sin embargo, en el mercado de internet ruso, Google enfrenta una competencia local considerable de Yandex, el buscador más popular en Rusia que también ofrece correo electrónico, mapas, publicidad y noticias. Esta preferencia por Yandex no ha evitado la persecución del gobierno hacia Google, exigiendo una multa de proporciones inalcanzables, mientras que las autoridades rusas buscan cada vez más restringir el acceso de sus ciudadanos a medios internacionales.
La situación se agrava en Rusia con decisiones como la de Apple de retirar aplicaciones VPN de su App Store, dificultando aún más el acceso de los ciudadanos a información no censurada. Por otro lado, el FBI y Microsoft han incrementado sus esfuerzos para intervenir en la infraestructura de ciberespionaje de Rusia, coordinando acciones contra más de 100 sitios web rusos presuntamente usados para espionaje cibernético.
Ante estas medidas, el mundo observa los efectos de las sanciones y la continua restricción informativa en Rusia, que mantiene el caso Google como un símbolo en la relación tensa entre Rusia y las principales empresas tecnológicas globales.