Toronto. – Durante los próximos dos años la compra de vivienda a extranjeros no residentes lo prohibirá el Gobierno Canadiense, una medida que tiene el objetivo de controlar los precios.
Esta nueva ley aprobada por el gobierno de Justin Trudeau entró en vigor el 1 de enero ante el aumento de los precios de las viviendas desde el comienzo de la pandemia y la creencia de que los compradores extranjeros adquirieron numerosas propiedades como inversión.
En el mercado inmobiliario se han producido numerosas operaciones de especulación a cargo de corporaciones e inversores extranjeros han generado un problema de falta de vivienda y de precios disparados, según ha explicado en los últimos meses el ministro canadiense.
Los refugiados y los residentes de Canadá si podrán comprar viviendas que las vayan a usar como residencia principal.
Una tercera parte de los 31.200 millones de dólares canadienses correspondientes al nuevo gasto equivalente a 24.800 millones de dólares estadounidenses, será destinado a hacer la compra de viviendas más asequibles para los canadienses.
