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La leyenda que dio origen a la Jack o’lantern

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Foto: Agencias

Internacional.- Halloween es actualmente una celebración cada vez más arraigada en todos los rincones del mundo, gracias a la narrativa que se ha creado en torno a ella debido a la industria del entretenimiento y a que las redes sociales llevan distintas tradiciones a todos los rincones del mundo. Sin embargo el origen de esta peculiar fiesta no es tan popular, a diferencia de la fiesta que la popularizó.

El festival celta conocido como Samhain giraba en torno a la creencia que durante las noches de los primeros días del invierno, la barrera entre lo humano y lo sobrenatural se rompía, los espíritus tomaban los pueblos, entraban a las casas y tenían un lugar en la mesa. Estas costumbres dieron paso a lo que ahora se conoce como noche de Halloween.

Uno de los símbolos que identifican la llegada del otoño y las celebraciones de la Noche de Brujas, ha sido la calabaza con rasgos humanos. En países anjosagones se considera una tradición vaciarlas para tallar un rostro en ellas y colocarles una vela por dentro.

El origen de esta tradición tiene nombre y se llama Jack o’lantern, además al principio ni siquiera era una calabaza, sino un nabo. Para poder entender esta tradición, National Geographic menciona que tienen su origen en el Siglo XIX, gracias al cuento Stingy Jack, publicado en el diario irlándes Dublin Penny Journal.

A través de este, se cuenta la historia de Jack, un hombre tacaño y alcohólico, pero muy astuto. De acuerdo con el cuento, el diablo buscaba llevarse su alma, así que lo invitó a tomar un trago para lograr su cometido, sin embargo, el granjero resultó ser listo y no solo logró engañar al diablo sino también lo atrapó.

El granjero logró capturar al diablo en una moneda, pidiéndole que se transformara en esta para poder pagar los tragos en el bar, a cambio de su libertad el diablo prometió que jamás lo volvería a buscar.

Resultando vencedor de esta apuesta, ni se cuestionó que el estilo de vida que llevaba lleno de excesos y pecados le impediría su entrada al cielo, por lo que su destino después de la muerte fue vagar como fantasma, iluminando su camino únicamente con un trozo de carbón dentro de un nabo tallado con agujeros.

Cuando Jack muere es rechazado en el cielo y al llegar al infierno el diablo tampoco quiso recibirlo, y lo condenó a deambular por los oscuros caminos del purgatorio.

Jack le pidió un último favor: una luz que pudiera alumbrar su camino, entonces el diablo le entregó una brasa, de esta forma el granjero tomó un nabo que tenía en su bolsillo y colocó la luz dentro del tubérculo.

La leyenda de Stingy Jack evolucionó cuando los irlandeses emigraron a Estados Unidos, donde los niños tenían la tradición de tallar calabazas a la altura de los ojos para usarlas como máscaras, en alusión a La Leyenda de Sleepy Hollow, donde el fantasma de un soldado cabalgaba por las noches en busca de su cabeza, usando una calabaza en su lugar.

Es así como ambas costumbres se mezclaron hasta llegar a lo que vemos el día de hoy, en el cual se tallan rostros terroríficos en las calabazas como diversión para los niños y adultos.

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