El huracán Otis, el más fuerte que ha azotado la costa pacífica de México, dejó un saldo de al menos 45 muertos y 47 desaparecidos en Acapulco, según informó la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado. El fenómeno meteorológico, que alcanzó la categoría 5, impactó cerca de la ciudad turística con vientos de 260 km/h y rachas de 315 km/h, provocando inundaciones, deslaves, daños en viviendas, hoteles y negocios, y el colapso de las comunicaciones y el transporte.
La cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas, ya que las labores de rescate continúan en las zonas más afectadas. Se estima que unas 200 mil personas resultaron damnificadas por el paso del huracán, que también causó estragos en el municipio vecino de Coyuca de Benítez, donde se reportaron cinco fallecidos.
El costo de los daños ocasionados por Otis podría ascender a 15 mil millones de dólares, según estimaciones preliminares. El gobierno federal ha enviado a 17 mil miembros de las fuerzas armadas para mantener el orden y ayudar a distribuir toneladas de alimentos y suministros en Acapulco. Sin embargo, los problemas persisten. Muchos habitantes se han quedado sin agua potable y electricidad, y han denunciado la falta de ayuda oficial y el aumento de la inseguridad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el miércoles que su gobierno no tenía reportes de fallecidos, pero reconoció que todos los sistemas de comunicación estaban caídos, incluso con los equipos de emergencia en el terreno. El mandatario reiteró su llamado a las autoridades locales para garantizar que los bienes básicos lleguen a la población de Acapulco. Asimismo, acusó a sus críticos de atacar su respuesta a Otis e inflar su impacto por razones electorales.
