Internacional.- Científicos espaciales han anunciado que la tormenta solar reciente es una de las más intensas en décadas, desencadenando un espectáculo impresionante en el cielo. Esta tormenta se originó en una región de manchas solares en el sol, que sigue pulsando con energía y ahora apunta nuevamente hacia la Tierra después de más de dos semanas en la cara posterior del sol.
Aunque esta región ya no es tan grande como antes, sigue activa, lanzando energía magnética al espacio. Se espera que algunas de estas energías alcancen nuestro planeta, potencialmente generando más tormentas geomagnéticas y auroras boreales.
El Sol está entrando en su periodo más activo en las últimas dos décadas, con erupciones más intensas en su superficie. Aunque este espectáculo de auroras no se materialice, los científicos sugieren que habrá más oportunidades de observación en los próximos uno o dos años.
A principios de mayo, una gran región de manchas solares llamada Región Activa 3664 apareció en el disco solar, desencadenando una serie de erupciones solares intensas. Estas erupciones afectaron las señales de radio de onda corta en la Tierra y generaron ondas de choque magnético conocidas como eyecciones de masa coronal (CME), que luego provocaron vibrantes auroras en todo el mundo.
Aunque esta región activa desapareció temporalmente de la vista el 15 de mayo, ha vuelto a aparecer en la cara visible del sol. Ahora se le ha asignado un nuevo nombre y número: Región Activa 3697.
Las fulguraciones solares, que pueden afectar la Tierra al perturbar el campo magnético y causar tormentas geomagnéticas, son eventos importantes que deben ser monitoreados de cerca. Las agencias espaciales y los observatorios están trabajando juntos para mitigar los efectos de estas tormentas, implementando regulaciones para proteger los satélites y las infraestructuras terrestres.
Es importante mantenerse informado sobre las actualizaciones proporcionadas por las autoridades encargadas del monitoreo de la actividad solar y geomagnética. Además, se recomienda prever alternativas para actividades que dependan de conexiones satelitales o de red eléctrica, ya que eventos como este pueden tener repercusiones globales en sistemas tecnológicos y de comunicación.
