En una rueda de prensa celebrada en Ottawa, el primer ministro Justin Trudeau anunció su renuncia al liderazgo del Partido Liberal, aunque precisó que continuará en su cargo hasta que su partido designe un nuevo líder.
Trudeau explicó que, tras consultar con su familia, llegó a la conclusión de que no es el candidato adecuado para las elecciones de este año si se ve obligado a enfrentar “batallas internas” dentro de su partido.
El aún primer ministro ha experimentado una disminución en su popularidad en los últimos años y ha enfrentado presiones tanto internas como externas para dar un paso al costado.
“El país merece una decisión clara” en las elecciones venideras, expresó Trudeau, quien, a pesar de considerarse “un luchador”, reconoció que las divisiones internas en torno a su liderazgo dificultan su candidatura para los próximos comicios.
Según él, su renuncia representa una oportunidad para disminuir la tensión política en el país.
El mandatario también lamentó que el Parlamento canadiense haya permanecido paralizado durante meses debido a la “obstrucción” y a la “total falta de productividad” en el último periodo.
Trudeau indicó que este es el momento para “reiniciar” la política canadiense y reducir la polarización que ha caracterizado la escena política recientemente.
En su discurso, Trudeau dedicó unas palabras a su aliada de largo tiempo, Chrystia Freeland, quien presentó su renuncia de manera sorpresiva a mediados de diciembre, lo que incrementó la presión sobre el liderazgo del primer ministro.
“Normalmente no comparto conversaciones privadas”, comentó Trudeau sobre su relación con Freeland, pero reconoció que había esperado que ella siguiera en su cargo como ministra de Finanzas y viceprimera ministra.
Con la renuncia de Trudeau, el Parlamento canadiense será prorrogado hasta el 24 de marzo, lo que permitirá al Partido Liberal evitar una moción de censura y elegir un sucesor para el primer ministro.