Sinaloa es la única entidad del país que presenta una caída en sus participaciones federales: en el primer trimestre de 2025 se dejaron de recibir más de 431 millones de pesos, un recorte del 5.3%. Aunque se ha dicho que no hay tal recorte, el SAT comenzó a cobrarse una deuda de 2,300 millones de pesos vía participaciones, tras ganar una demanda por incumplimientos del gobierno estatal en auditorías conveniadas.
Además, Sinaloa perdió 900 millones de pesos adicionales al revocarse el convenio de fiscalización con el SAT. Como respuesta a esta situación crítica, el gobierno estatal contrató nueva deuda por 2,200 millones de pesos, lo que comprometerá seriamente las finanzas públicas.
La crisis se agudiza con cierres de negocios y suspensión de inversiones debido a la inseguridad, provocando una caída en la recaudación fiscal. Sin fondos, el gobierno estatal tendrá que frenar obras públicas y programas sociales en el corto y mediano plazo.