Texas vive una emergencia sin precedentes tras el desbordamiento del río Guadalupe, que provocó inundaciones repentinas en Kerrville y Comfort. Las lluvias dejaron al menos seis personas muertas y 20 desaparecidas, aunque autoridades locales manejan cifras más altas.
Equipos de rescate trabajan intensamente desde la madrugada del 4 de julio, cuando el nivel del río subió 8 metros en solo 45 minutos, arrasando propiedades y campamentos.
“Fue devastador”, declaró el vicegobernador Dan Patrick. El sheriff del condado de Kerr reportó hasta 13 fallecidos. Las labores de búsqueda continúan mientras se identifica a las víctimas.