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By
Redacción
Tijuana .- En las calles del Centro de Tijuana, entre el tránsito constante y los contrastes de la economía informal, el artesano Juan Carlos Mier hace brillar lo que otros desechan. Con tijeras, pegamento y latas de aluminio, fabrica bicicletas, autos y motocicletas en miniatura que sobresalen por su detalle y precisión.
Mier inició en este oficio por necesidad. Tras ser deportado de Estados Unidos en 2010, llegó sin rumbo a Tecate, donde una familia lo apoyó y lo acercó a talleres comunitarios. Al principio, admite, la técnica no le interesaba, pues los diseños estaban pensados para niñas. Pero la falta de ingresos lo obligó a intentarlo.
Con el tiempo, el trabajo manual lo atrapó. Dominó la elaboración de flores y pronto buscó retos mayores, como construir una motocicleta desde cero. Pagaba 80 pesos por clase cada sábado, en jornadas que iban de las ocho de la mañana a las dos de la tarde. Ahí perfeccionó su habilidad hasta lograr reproducir casi cualquier modelo que un cliente le pidiera.
“Todo lo que me digan lo puedo hacer similar: carros, motos, tráileres. Lo más loco que he hecho es un brasier que me lo pidió una mujer de la zona”, recuerda entre risas. Durante un tiempo llegó a impartir talleres en un café frente al Museo de Cera, donde sus alumnos fabricaban una bicicleta en apenas dos horas bajo su guía.
Hoy vende sus piezas en el Centro de Tijuana. Sus precios van desde los 70 pesos para los modelos sencillos hasta 150 o más para diseños detallados. Aunque turistas suelen ser sus principales compradores, lamenta que para muchos tijuanenses el arte artesanal sea un lujo inalcanzable frente a otras necesidades.
Sin un puesto fijo, Juan Carlos se instala donde encuentra sombra y tránsito. Ahí exhibe sus miniaturas y ofrece clases personalizadas. Quienes deseen contactarlo pueden hacerlo directamente al 663 315 5341.