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Redacción
Tijuana .- La señora Fabiola Ortiz, madre de Fabiola Metzulebeth Cervantes Macías, exigió justicia por el asesinato de su hija, localizada sin vida el pasado 28 de noviembre en un paraje de Tijuana. Entre lágrimas, denunció que la joven había sido víctima de una larga cadena de agresiones, amenazas y hostigamientos por parte de su expareja, identificado como Raúl “N”, a quien señaló como presunto responsable del crimen.
Ortiz relató que la violencia inició inmediatamente después de la separación, el 24 de diciembre de 2024. “Desde ese momento Raúl empezó a acosarla, a amenazarla, a chantajearla con quitarle la custodia de mi nieta”, dijo durante la atención a medios. A pesar de las denuncias presentadas, la escalada de violencia continuó sin que las autoridades frenaran el riesgo en el que se encontraba la joven madre.
Recordó también un episodio ocurrido el 24 de marzo, cuando Fabiola accedió a supervisar una convivencia entre Raúl y la menor. Durante ese encuentro, él ingresó al domicilio y le robó el teléfono celular, acto que derivó en un forcejeo en el que la empujó y la lesionó. La joven denunció el hecho días después, el 27 de marzo, por violencia familiar.
La madre señaló además que el 9 de abril la menor fue sustraída con apoyo de familiares del presunto agresor. “Todo fue planeado para quitársela”, aseguró, evidenciando un entorno de control y violencia que —según acusa— no fue atendido con la urgencia que ameritaba.
Fabiola Metzulebeth, de 30 años, fue vista por última vez el 1 de noviembre. Tras una llamada anónima al colectivo de búsqueda de Tecate, su cuerpo fue localizado el 28 de noviembre en el rancho La Herradura de Oro. La familia acudió al sitio tras el aviso del colectivo, confirmando que los restos coincidían con las características de la joven.
“Pido que caiga todo el peso de la ley sobre la pareja de mi hija. Que se hagan todas las pruebas necesarias, que no quede impune”, expresó Ortiz, reclamando una actuación firme por parte de las autoridades estatales.
La familia exigió que la Fiscalía avance sin omisiones, proteja a la menor y garantice una investigación exhaustiva que no repita los patrones de indiferencia institucional que suelen acompañar los casos de violencia de género. “No queremos más violencia, queremos justicia”, concluyó.