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Colapso mundial en aeropuertos y otros servicios

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Internacional.- El 19 de julio de 2024, uno de los mayores fallos informáticos de los últimos años provocó una serie de interrupciones significativas en varios sectores alrededor del mundo, incluyendo aeropuertos, hospitales, bancos y medios de comunicación. Este incidente se debió a una actualización defectuosa del software antivirus de CrowdStrike, una empresa especializada en ciberseguridad, y afectó principalmente a usuarios de Windows que utilizan la plataforma en la nube Azure de Microsoft.

En los aeropuertos, el impacto fue particularmente severo. En el aeropuerto de Sídney, Australia, se formaron largas filas de pasajeros frustrados debido a la suspensión de vuelos. Alexander Ropicano, un pasajero de 24 años, describió su situación como estar en un “limbo”, sin saber cuánto tiempo tendría que esperar para embarcar hacia Brisbane. Aerolíneas estadounidenses como Delta, United y American Airlines suspendieron temporalmente sus vuelos, aunque American Airlines informó que había reanudado operaciones hacia las 09:00 GMT.

En Europa, el tráfico aéreo también se vio afectado. En Berlín, los vuelos se reanudaron parcialmente después de las 08:00 GMT, mientras que en Ámsterdam-Schiphol y Hong Kong se reportaron problemas similares. En Suiza, el aeropuerto de Zúrich suspendió los aterrizajes hasta nuevo aviso, aunque los aeropuertos de Pekín no experimentaron inconvenientes. En España, todos los aeropuertos, incluyendo el de Barajas en Madrid, quedaron paralizados temporalmente, dejando a cientos de aviones en tierra y a numerosos pasajeros varados.

El fallo informático no se limitó a los aeropuertos. En los Países Bajos, varios hospitales informaron sobre interrupciones en sus sistemas, complicando el acceso a registros médicos y la programación de citas. La Bolsa de Londres y el principal operador ferroviario británico también se vieron afectados, al igual que la cadena de televisión Sky News, cuyas emisiones fueron interrumpidas. En Australia, la cadena nacional ABC declaró que sus sistemas se vieron comprometidos por un fallo significativo, mientras que en Nueva Zelanda, los bancos y el Parlamento enfrentaron problemas similares.

El sistema informático de los Juegos Olímpicos se está viendo afectado por el fallo a nivel mundial de los servicios de Microsoft. “París 2024 ha sido informada de un problema técnico global que afecta al software de Microsoft. Este incidente está afectando a las actividades informáticas”, indicaron las fuentes, sin precisar, por el momento, el alcance de los fallos.

Los equipos técnicos están “plenamente movilizados”, agregaron, a fin de limitar el impacto del fallo. Se han activado, a tal efecto, “los planes de contingencia para asegurar la continuidad de las operaciones”.

El fallo afecta a sistemas como la plataforma My Info que París 2024 puso en funcionamiento esta misma semana para recopilar una gran cantidad de información relativa a las pruebas olímpicas y sus participantes.

El profesor John McDermid de la Universidad de York destacó que este incidente subraya la vulnerabilidad de depender de un único proveedor para una variedad de servicios críticos. Subrayó la necesidad de diseñar infraestructuras más resistentes para mitigar el riesgo de fallos simultáneos en múltiples sistemas. Las aerolíneas Air France, KLM, Ryanair, y las indias IndiGo, SpiceJet y Akasa Air también reportaron alteraciones en sus redes de reserva, y Turkish Airlines canceló 84 vuelos.

Las respuestas de las autoridades y las empresas afectadas fueron rápidas y decisivas. Microsoft y CrowdStrike trabajaron estrechamente para identificar y solucionar el problema. Microsoft confirmó que la “causa subyacente” del fallo había sido solucionada, aunque algunos servicios aún enfrentaban impactos residuales. Se llevaron a cabo mitigaciones adicionales para brindar alivio a los servicios afectados.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, aseguró que no hubo impacto en infraestructuras críticas ni en servicios de emergencia. La Dirección Cibernética de Israel y la agencia de ciberseguridad francesa ANSSI también descartaron la posibilidad de un ataque cibernético, corroborando la naturaleza del fallo como un error de software.

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