Después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su intención de imponer aranceles del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, incluidas las provenientes de Canadá y México, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, pidió “esperar” y mantener “cabeza fría”.
Sheinbaum expresó esta postura durante su conferencia de prensa matutina el lunes 10 de febrero, día en que Trump había señalado que revelaría oficialmente los aranceles.
“Vamos a esperar, cabeza fría”, afirmó Sheinbaum. “Esperaremos a ver si hoy hay algún anuncio y, a partir de eso, tomaremos nuestras decisiones”, añadió. La mandataria destacó la importancia de actuar con calma y no apresurarse a tomar decisiones hasta conocer todos los detalles del anuncio, dado el impacto que esta medida podría tener en las relaciones comerciales entre ambos países.
La implementación de estos aranceles se enmarca dentro de la estrategia de Trump para reducir el déficit comercial de Estados Unidos y proteger la industria estadounidense. El mandatario ha señalado en varias ocasiones que los impuestos a las importaciones son una herramienta para obtener concesiones en otros temas, como la inmigración, y también una vía para generar ingresos que ayuden a balancear las cuentas del gobierno federal.
Este anuncio se suma a otras medidas de presión económica que Trump ha implementado durante su mandato, especialmente hacia sus socios comerciales. En el caso de México, estas nuevas tarifas arancelarias podrían afectar a sectores clave de la economía, como el de la automotriz y la manufactura, que dependen del acero y aluminio importados para sus procesos productivos.
Además, Trump ha utilizado los aranceles como una estrategia para renegociar acuerdos comerciales, como el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), al considerar que los acuerdos previos no favorecían a Estados Unidos. A lo largo de su presidencia, ha insistido en que el comercio de su país debe ser más justo y equilibrado para evitar lo que considera prácticas desleales que afectan a las empresas y trabajadores estadounidenses.
Por su parte, Sheinbaum reiteró que el gobierno mexicano no aceptará medidas que afecten injustamente a su economía, y afirmó que continuarán buscando vías diplomáticas para resolver la situación de la manera más favorable posible para el país. También destacó la importancia de fortalecer la relación bilateral en temas que favorezcan tanto a México como a Estados Unidos, como el comercio y la seguridad fronteriza.
