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Redacción
Estados Unidos .- Un grupo de investigadores de la Universidad de Pensilvania identificó un conjunto oculto de células inmunitarias que podría anticipar la diabetes tipo 1 años antes de que aparezcan los primeros síntomas. Los resultados, publicados el 20 de noviembre en Science Immunology, apuntan a una oportunidad inédita para intervenir antes de que el daño sea irreversible.
La diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune, suele diagnosticarse cuando la mayoría de las células beta del páncreas —encargadas de producir insulina— ya fueron destruidas. El nuevo estudio analizó cerca de un millón de células inmunitarias de 43 donadores de órganos y halló un tipo específico de células T CD4 presentes tanto en personas con la enfermedad activa como en quienes aún no mostraban síntomas, pero sí señales tempranas de riesgo.
Estas células activan dos proteínas clave, NFKB1 y BACH2, que funcionan como interruptores del ataque autoinmune. Detectarlas por primera vez “en acción” muestra que el proceso destructivo inicia mucho antes del diagnóstico tradicional. “Capturamos a las células atacantes mientras la enfermedad se está desarrollando”, señaló Golnaz Vahedi, profesora de genética y coautora del estudio.
El equipo también encontró cambios moleculares en células B del bazo que pueden detectarse mediante análisis de sangre, evitando procedimientos invasivos como biopsias. Esto plantea la posibilidad de monitorear a niñas y niños en riesgo —por antecedentes familiares— con pruebas accesibles. “Si bloqueamos las vías que activan estas células T rebeldes, podríamos retrasar o incluso prevenir la enfermedad”, añadió Vahedi.
En Estados Unidos, casi dos millones de personas viven con diabetes tipo 1, muchas diagnosticadas cuando menos del 10% de sus células beta siguen funcionando. Este retraso en la detección ha impulsado investigaciones que combinan ciencia y tecnología para mejorar el diagnóstico temprano.
El hallazgo forma parte del Programa de Análisis del Páncreas Humano, que ha estudiado tejidos de más de 200 donadores desde 2016. Los investigadores ahora buscan entrenar modelos de inteligencia artificial para reconocer estas huellas moleculares en muestras sanguíneas. “Queremos enseñar a la IA el lenguaje molecular de la diabetes tipo 1”, explicó Vahedi.