Published
2 hours agoon
By
Redacción
Honduras .- Honduras atraviesa uno de los escrutinios más tensos de su historia reciente. Tras más de 20 horas de conteo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) mantiene sin definir un ganador, con solo 57% de las actas procesadas y una diferencia de apenas 515 votos entre los dos candidatos punteros.
Nasry “Tito” Asfura, del conservador Partido Nacional, registra 39.91% de los votos, mientras el centrista Salvador Nasralla, del Partido Liberal, suma 39.89%. La oficialista Rixi Moncada, del partido Libre, queda desplazada al tercer lugar con 19.2%, un resultado que significaría un giro político profundo luego de cuatro años de gobierno de izquierda.
La jornada electoral del domingo transcurrió con relativa normalidad, pero la divulgación de resultados preliminares se retrasó más de una hora debido a fallas técnicas del CNE. El retraso alimentó la presión sobre la autoridad electoral. Antes de conocerse los primeros datos, Asfura reclamó públicamente a la presidenta del organismo, afirmando que el país no debía permanecer “en ascuas, en tinieblas”.
Estados Unidos ha seguido de cerca el proceso y destacó la amplia participación, estimada en 2.8 millones de votantes. Sin embargo, la intervención del presidente estadounidense Donald Trump elevó las tensiones: respaldó abiertamente a Asfura, lo calificó como “el único verdadero amigo de la libertad en Honduras” y prometió apoyo si resulta electo. Además, vinculó su postura con la lucha contra el narcotráfico y la presión contra el régimen de Nicolás Maduro.
El gesto tiene implicaciones adicionales: la administración Trump ha insinuado un posible indulto para el expresidente Juan Orlando Hernández —condenado por narcotráfico en Estados Unidos y miembro del mismo Partido Nacional—, lo que agrega un matiz geopolítico a un proceso ya frágil.
Nasralla, designado vicepresidencial durante el gobierno de Xiomara Castro antes de su renuncia en 2024, confía en remontar conforme avance el escrutinio. Mientras tanto, el país permanece atrapado entre la desconfianza en sus instituciones y la incertidumbre sobre el rumbo político que tomará.