Ciudad de México.- En una respuesta coordinada, Estados Unidos y el Reino Unido llevaron a cabo el jueves una serie de ataques contra múltiples objetivos en áreas de Yemen controladas por el grupo hutí.
La acción se produce después de repetidas advertencias por parte del gobierno de Biden y sus aliados, señalando las consecuencias de los continuos ataques con drones y misiles hutíes contra la navegación comercial en el mar Rojo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que estos ataques son una “respuesta directa a los ataques sin precedentes de los hutíes contra buques marítimos internacionales en el mar Rojo”. En una declaración emitida ese mismo día Biden destacó que las fuerzas militares estadounidenses, con el apoyo del Reino Unido, Australia, Bahrein, Canadá y los Países Bajos, llevaron a cabo con éxito los ataques en Yemen.
Bajo la operación denominada “Guardián de la Prosperidad”, una coalición de más de 20 naciones se comprometió a defender el transporte marítimo internacional y disuadir los ataques hutíes en el mar Rojo. Más de 40 naciones también se unieron para condenar las amenazas hutíes, según afirmó el presidente estadounidense.
Las fuerzas estadounidenses y de la coalición ejecutaron ataques deliberados contra más de 60 objetivos en 16 emplazamientos hutíes respaldados por Irán. Entre los objetivos se incluyeron nodos de mando y control, depósitos de municiones, sistemas de lanzamiento, instalaciones de producción y sistemas de radar de defensa aérea. El teniente general Alex Grynkewich, comandante central de las fuerzas aéreas estadounidenses, indicó que se utilizaron más de 100 municiones guiadas de precisión.
Estos ataques también sirven como una señal de la creciente preocupación internacional ante la amenaza a una de las principales vías fluviales del mundo. A pesar de los esfuerzos previos para evitar ataques directos en Yemen, los continuos ataques hutíes contra el transporte marítimo internacional en el sur del Mar Rojo han afectado el comercio internacional.
Por su parte, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan acusó a los aliados de intentar convertir el mar Rojo en un “mar de sangre”.
Los hutíes, que controlan el norte de Yemen y son respaldados por Irán, comenzaron en noviembre una campaña de ataques contra Israel y contra las cruciales vías de navegación comercial en el mar Rojo, que han perturbado seriamente el comercio internacional.
Dijeron que llevaban a cabo esas acciones como una muestra de apoyo al grupo militante palestino Hamás en su guerra contra el ejército israelí en Gaza.
