Si hay una familia que ha sabido aprovechar las oportunidades que ofrece el sistema político mexicano, esa es la de los Magaña. Con una trayectoria que abarca varios partidos, cargos y escándalos, los Magaña no se cansan de buscar un lugar en el poder, aunque sea a costa de su credibilidad y de la de sus electores.
El cabecilla de esta dinastía es Hector Magaña Mosqueda, un ex panista que ahora milita en el PES, el partido que se autodenomina “encuentro solidario” pero que más bien parece ser el refugio de los oportunistas. Hector Magaña fue síndico procurador de Tijuana, también ocupo puestos que le sirvieron para aprender los trucos del Registro Público de la Propiedad y hacerse de algunas propiedades sin desembolsar un peso, “el Rey de las Prescripciones”. Ahora, aspira a ser diputado por el VIII distrito local, aunque tendrá que competir con otros aspirantes que también quieren su pedazo del pastel. Pero con la suerte que caracteriza a los Magaña, seguro que logra su objetivo.
Su hijo, Hector Yahir Magaña Cazares, sigue los pasos de su padre, de ser militante del PAN, pasó a ser candidato a regidor por el PES. ¿Qué habrá motivado este cambio tan drástico? ¿Será una cuestión de principios o de conveniencia?
Sea como sea, Hector Yahir espera obtener una regiduría que le permita seguir los negocios de su padre y quizás aspirar a algo más en el futuro.
La sobrina de Hector Magaña Mosqueda y prima de Hector Yahir, Sandra Betsaida Magaña Rios, es otra que se ha beneficiado del apellido Magaña para hacer carrera política. Actualmente es regidora del ayuntamiento de Tijuana, pero su labor ha sido tan gris y mediocre que nadie se ha enterado de lo que ha hecho o dejado de hacer. A pesar de eso, quiere reelegirse como regidora, ya que no le alcanzó para buscar una diputación local. Tal vez debería dedicarse a otra cosa, porque la política no parece ser lo suyo.
Y por último, pero no por eso menos importante, tenemos al “Todas Mias” Ricardo Magaña Mosqueda, el hermano de Hector y el padre de Sandra, que ya ha sido diputado local, pero que no se conforma con eso y quiere volver a competir. Su ambición es tal que se registrado como candidato plurinominal por el PAN, el partido al que nunca ha renunciado, a pesar de que su familia se ha ido a otros lados. Ricardo Magaña es un perdedor nato, cada que se registra para candidato pierde incluso cuando ha participado de “pluri” pierde, quedándose con las ganas de ocupar una curul. Ahora, tendrá que enfrentarse a otro que también busca la pluri, Cuauhtémoc Cardona, un personaje que también tiene lo suyo, pero de él les platicaremos después. Lo que nos preguntamos es: ¿en serio, no hay nadie más calificado en las filas panistas que pueda representarlos?
Así es el clan Magaña, una saga políticos que no se cansan de brincar de un lado a otro, buscando el beneficio propio y el de su familia, sin importarles el bien común ni la coherencia. ¿Hasta cuándo seguiremos tolerando a estos personajes que nos toman el pelo y nos hacen perder el tiempo? ¿No será hora de buscar opciones más serias y honestas para el futuro de nuestra ciudad y de nuestro país?
