México.- La desaparición de Esmeralda Castillo Rincón en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 19 de mayo de 2009, se ha convertido en un símbolo del dolor y la persistencia en la búsqueda de justicia por parte de las familias de las personas desaparecidas en México. A la angustia de no saber el paradero de su hija, quien tenía solo 14 años en el momento de su desaparición, la familia Castillo se enfrenta ahora a una nueva forma de desvanecimiento: la eliminación de Esmeralda del Registro Oficial de Personas Desaparecidas.
Casi 15 años después de su desaparición, en diciembre de 2023, el nombre de Esmeralda fue retirado de la lista de personas desaparecidas, según denunció su padre, José Luis Castillo, una voz activa y figura prominente en las marchas feministas y en la lucha por los derechos de las personas desaparecidas.
Esta eliminación coincide con la presentación del nuevo censo de personas desaparecidas por parte del gobierno federal, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, que ha generado controversia y preocupación entre activistas y organizaciones por las discrepancias estadísticas y metodológicas en comparación con los datos de la Comisión Nacional de Búsqueda.
La exclusión de Esmeralda y de otros individuos del censo no solo simboliza una “doble desaparición” en palabras de José Luis Castillo, sino que también representa una barrera adicional en la búsqueda de verdad y justicia. Al no figurar en la lista oficial, las autoridades han cesado de buscarla, dejando a su familia en un estado de incertidumbre aún mayor, si cabe.
Durante una entrevista con medios de comunicación, Castillo expresó su desconcierto y dolor, señalando la falta de esfuerzos de búsqueda y la negativa de las autoridades a proporcionar información o a admitir la posibilidad de que Esmeralda aún pueda estar viva, a menos que se acepte su muerte sin pruebas concretas.
Este caso ilustra la violencia institucional y la negligencia que enfrentan muchas familias de desaparecidos en México. La detención irregular de José Luis y su hijo Lorenzo en 2012, acusados falsamente de robo, es un ejemplo de las tácticas de intimidación y de la falta de garantías de acceso a la justicia que han experimentado.
La lucha de la familia Castillo no es única; refleja la experiencia de más de 260 familias que, según reportes del sitio de investigación periodística A dónde van los desaparecidos, han encontrado errores y omisiones en el nuevo registro gubernamental.
La historia de Esmeralda Castillo Rincón y la incansable lucha de su familia por encontrarla resalta la urgente necesidad de una estrategia de búsqueda y justicia que sea transparente, inclusiva y eficaz. La eliminación de su nombre del censo de personas desaparecidas no solo borra simbólicamente su existencia sino que también niega el sufrimiento y el derecho a la verdad de su familia.
Es imperativo que el gobierno mexicano rectifique estos errores y asegure que cada persona desaparecida sea contabilizada y buscada, respetando el dolor y la esperanza de sus seres queridos. La búsqueda de Esmeralda y de todas las personas desaparecidas debe continuar con renovado compromiso y sensibilidad, asegurando que ninguna familia tenga que enfrentarse a la doble tragedia de perder a un ser querido, primero en la realidad y luego en la memoria colectiva.
