Tijuana, Baja California.- La Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) es una de las dependencias que ha sido utilizada como la caja chica de todos los gobiernos, sin importar el color o el partido. Sin embargo, esta situación ha tenido consecuencias graves para la prestación del servicio de agua potable, que es vital para la población.
En los últimos meses, los ciudadanos hemos tenido que padecer cortes constantes e imprevistos en el suministro del líquido, afectando a más de 600 colonias de la ciudad. Las excusas de la CESPT han sido variadas y poco convincentes: desde la limpieza del drenaje sanitario, hasta la tormenta invernal, pasando por el mantenimiento a las compuertas y la supuesta abundancia de lluvia.
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La realidad es que la CESPT ha sido víctima de saqueos millonarios que han dejado a la dependencia en una situación de desventaja financiera y operativa. Además, la irresponsabilidad de los directivos con la falta de mantenimiento ha provocado el deterioro de la red hidráulica, que requiere de una inversión urgente para su rehabilitación y modernización.
Ante este panorama, han surgido fuertes rumores de la posible privatización de uno de los distritos de la CESPT, lo que ha generado preocupación e incertidumbre entre los usuarios y los trabajadores. Y es que el tema no es solo el descuido a las instalaciones, sino también el abandono al personal, que se ha visto afectado por la falta de compensaciones por el riesgo de trabajo, las jubilaciones y el seguro de vida para los jubilados.
Por eso, los empleados sindicalizados han solicitado al líder sindical, Guillermo Aldrete Casarín, analizar la posibilidad de realizar un paro laboral, para exigir el respeto a sus derechos y el cumplimiento de sus demandas, aún cuando el director dice tener las puertas abiertas para el diálogo, todos sabemos que son salidas políticas para ganar tiempo. Se espera que el conflicto se ponga interesante, ya que no sería la primera vez que el líder sindical se enfrenta a la CESPT, pues al inicio de su gestión la dependencia no lo reconocía como secretario general por los problemas internos del sindicato.
En aquel entonces, la gobernadora Marina del Pilar apoyaba al diputado Guerrero, quien pretendía quedarse con el control del sindicato de burócratas en el estado. Aldrete Casarín también ha demostrado su apoyo a la base de la CESPT cuando fue secretario de Trabajo y Conflictos en el 2019, por lo que no le debe temblar la mano para defender los intereses de sus representados.
La CESPT es una dependencia clave para el desarrollo y el bienestar de Tijuana, por lo que se requiere de una solución integral y transparente que garantice el servicio de agua potable a todos los ciudadanos, así como el respeto a los derechos laborales de los trabajadores. No podemos permitir que la CESPT siga siendo el botín de los políticos corruptos, ni que se privatice un servicio público esencial.
