Tijuana, Baja California.- En una muestra de que la cuarta transformación no es más que una farsa, el partido Morena en Baja California ha decidido ignorar la voluntad popular y designar por dedazo a su candidato para la alcaldía de Tijuana, a su dirigente estatal, que por cierto su actuar ha sido muy gris, Ismael Burgueño, quien tiene menos carisma que una piedra y más deudas que un estudiante.
La decisión fue tomada por la Gobernadora y su marido, quienes en un arranque de celos y soberbia vetaron a la actual alcaldesa Monserrat Caballero, quien había logrado mantenerse en el primer lugar de las preferencias electorales, a pesar de los constantes ataques y sabotajes de sus propios compañeros de partido, ya que su gallo nomas nunca logro posicionarse con el electorado.
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Con esta jugada maestra, Morena le ha dado una oportunidad de oro a la oposición, que ahora tiene la posibilidad de recuperar la alcaldía de Tijuana, una de las ciudades más importantes y pobladas del país. Los otros partidos ya se frotan las manos ante la debilidad del candidato y división de Morena, que ha demostrado que no tiene ni pies ni cabeza, que aparte también tienen que apoyar al Partido del Trabajo que en lo local va por su cuenta.
Lo más irónico de todo es que Morena se dice ser el partido de la democracia y el pueblo, pero en la práctica hace todo lo contrario. Su líder máximo, el Presidente de la República, todos los días repite que hay que dejar al pueblo decidir, pero en realidad solo quiere que el pueblo decida lo que él quiere. Y cuando no lo hace, pues le impone a sus candidatos a modo, como si fuera el dueño del país.
Pero lo que más indigna es que Morena se atreva a presentar a Ismael Burgueño como una opción viable para gobernar Tijuana, cuando este personaje tiene un historial de fracasos y escándalos. En el 2016, fue candidato a esta misma alcaldía y quedó en tercer lugar con el 11.4% de los votos, una cifra ridícula para el supuesto partido de la esperanza. Además, tiene demandas por pensión alimenticia y ha desobedecido órdenes judiciales para no cumplir con sus responsabilidades como padre. ¿Así o más irresponsable?
Morena ha perdido toda credibilidad y coherencia con esta decisión. Ha traicionado sus principios y a sus militantes. Ha mentido y engañado al pueblo. Ha demostrado que es más de lo mismo. Ha cometido un suicidio político y le ha regalado la alcaldía de Tijuana a la oposición. Y lo peor de todo, es que no se da cuenta.
