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Entretenimiento y cultura

El brillante encuentro de Tinta y Tiempo de Jorge Drexler en Tijuana

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Foto: Ricky Valadez

Tijuana, Baja California.- Como si de una visita predestinada se tratase, el Jai Alai recibió el concierto del cantautor uruguayo Jorge Drexler, quien después de 6 años de no pisar la frontera mexicana, el sábado 9 de marzo encantó a los tijuanenses en una íntima velada para recibir la primavera.

Los portales del antiguo palacio se abrieron en punto de las 8 de la noche para dar entrada a los cientos de espectadores que ansiosos esperaron la salida del ganador del Oscar a mejor Canción Original. “No sabes lo feliz que me siento de estar aquí” resonaba en los palcos centrales del lugar que anteriormente se utilizaba para realizar deporte, el mismo que más adelante, Drexler aseguraría que practica frecuentemente.

Cuando las luces centrales oscurecieron el recinto, sonó una voz familiar que reflexionaba sobre el principio de la vida y del amor, y que dio paso al Plan Maestro, el inicio del todo. Ante la salida del siete veces ganador del Grammy latino por el álbum Tinta y Tiempo que daría paso a la gira, la calidez de los fronterizos le arropó para continuar con su repertorio y en un gesto de agradecimiento se hincó ante el público que le aplaudía sin ánimos de detenerse.

El concierto continuó como pasa la vida, llena de contradicciones, que el mismo Drexler admitió y celebró, al pasar de Corazón impar a Fusión, canciones a 20 años de distancia que son pares y opuestas al mismo tiempo, y que son prueba de la evolución del hombre que las escribió.

“Si uno tiene la suerte de seguir vivo (después de 20 años) y cuenta las cosas que le pasan en la vida, las canciones acaban cambiando como cada ser humano de opinión a lo largo de su vida”, comentó Jorge Drexler sobre su repertorio.

Entre la selección de temas que relució el uruguayo, continuaron Inoportuna, Universos Paralelos y ¡Oh, Algoritmo! Como si de una entremesa se tratara, aprovechó para declarar su admiración a Carín León, quien se presentaba del otro lado de la ciudad y con quien había coincidido gracias a Pucho, además, en tierras norteñas reconoció el gran trabajo que son los corridos tumbados y su manera de tomar por asalto el mundo, “que vivan los corridos tumbados”, aclamó.

Tinta y Tiempo fue uno de los momentos más emotivos de la noche, en donde relató su lado más vulnerable como compositor al confesar que ante el desafío de completar el álbum comenzó una batalla contra el papel en blanco, que por mucho tiempo no logró vencer.

A ella le siguieron Asilo (que regresa a su origen tijuanense), Tocarte, Don de fluir, su más reciente lanzamiento Derrumbe y cerró con la íntima historia de asilo político de su familia al escapar de la Alemania nazi, Bolivia.

Con el amague de salida, el resonar de los aplausos y la exclamación de su público que le clamaba “una más”, regresó para despegar a la audiencia de sus asientos y hacerlos Bailar en la cueva.

Siguiendo el principio científico que asegura que nada se crea ni se destruye y solo se transforma, el cantautor uruguayo entregó cariño a los fans tijuanenses y lo recibió multiplicado cuando tocó una de sus más famosas obras.

Para finalmente despedirse de Tijuana, con los celulares al aire la gente documentó su última canción que elogia el amor en tiempos de la modernidad, con dedicatoria para aquellos que no se guardan su cariño y aman sin importar la distancia, Telefonía.

Si algo dejó Drexler después de su tan esperado regreso a Tijuana, fue que el amor puede perdurar, superar y encontrar su lugar en todas las fronteras por donde le toque transitar.

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