Mazatlán, Sinaloa.- Las playas de Mazatlán han sido durante mucho tiempo un escenario para la música en vivo, donde bandas y grupos musicales locales han deleitado a turistas y lugareños con su talento. Sin embargo, recientemente, esta tradición se vio amenazada cuando empresarios hoteleros y propietarios de condominios comenzaron a hacer comentarios despectivos solicitando restricciones para la música en vivo en las playas, argumentando molestias por el ruido.
Ante este escenario, cientos de músicos expresaron su descontento a través de manifestaciones, lo que llevó al gobierno municipal a intervenir. El alcalde de Mazatlán, Edgar González Zatarain, anunció que se permite a las bandas y grupos musicales tocar en las playas, siempre y cuando cuenten con los permisos correspondientes y se adhieran a las áreas y horarios establecidos.
González Zatarain enfatizó la importancia de mantener viva la tradición musical de Mazatlán y aseguró que el gobierno municipal siempre ha sido aliado de los trabajadores filarmónicos, reconociendo su papel en la identidad cultural del puerto. En este sentido, se ha trabajado en colaboración con las asociaciones de músicos para facilitar el proceso de obtención de permisos y garantizar un orden en la actividad musical en las playas.
Hasta el momento, se han otorgado 56 permisos a 38 bandas y 18 grupos norteños, quienes tendrán un horario limitado hasta las 19:00 horas durante el periodo de Semana Santa. El proceso para obtener estos permisos implica tramitarlos en las oficinas del Ayuntamiento, presentando la documentación requerida y cubriendo una cuota.
Empresarios hoteleros argumentan que el ruido generado por las bandas sinaloenses molesta a los turistas y afecta su descanso. Esta postura ha sido objeto de críticas por parte de quienes consideran que se está llevando a cabo un proceso de gentrificación y deculturación para satisfacer las demandas del turismo extranjero.
La académica Carla Escoffié, autora del libro “País sin techo”, e investigadora y crítica del proceso de gentrificación en México, escribió en su cuenta de X “Lo de Mazatlán ni me parece un conflicto solo turismo vs música. Es turismo de norte global vs turismo popular. Los músicos igual viven del turismo, solo que es otro público. Curioso porque siempre se llenan la boca de “el turismo beneficia a los locales” hasta que no conviene”.
“Se la pasan hablando de que la industria turística trae derrama. Luego, les restringen la posibilidad de participar de esa ‘derrama’ a los que no encajan con el ‘perfil’ que se busca para los lugares turísticos. Y ahora, esas personas protestan”, agrega en otra publicación.
Por otro lado, los músicos locales defienden su derecho a trabajar y mantener viva la tradición musical de Mazatlán. Consideran que las bandas son una parte integral de la identidad cultural del puerto y contribuyen al atractivo turístico de la región. Las manifestaciones y protestas de los músicos reflejan su preocupación por el impacto que la prohibición podría tener en su sustento económico y en la preservación de su oficio.
En medio de esta controversia, el gobierno municipal ha buscado llegar a acuerdos con los distintos actores involucrados para encontrar un equilibrio, estableciendo medidas para controlar la actividad de los músicos en las playas, así como para regular el uso de equipos de sonido y amplificadores.
