internacional.- El fuerte terremoto de magnitud 7.2 que sacudió la costa este de Taiwán ha dejado un saldo desolador hasta el momento, elevando la cifra de muertos a 10 personas y dejando a más de mil heridos, según informaron las autoridades locales este jueves.
Los equipos de rescate, que continúan sus labores incansables, se enfrentan al desafío de encontrar a más de 600 personas que siguen atrapadas o desaparecidas en diversas zonas afectadas por el sismo. La zona más crítica se encuentra en el Parque Nacional Taroko, donde un senderista de 65 años fue sepultado por las rocas, sumando así la última víctima mortal reportada.
Las réplicas del terremoto, que superan las 400 según la Agencia Meteorológica Central, dificultan aún más las tareas de rescate y aumentan el riesgo de deslizamientos de tierra y avalanchas. A pesar de las adversidades, los equipos de rescate, compuestos por militares, policías y bomberos, han desplegado todos sus esfuerzos y recursos para salvar vidas.
Entre los aspectos positivos, se destaca el rescate de 70 personas atrapadas en áreas mineras de Hualien, así como el hallazgo sano y salvo de seis estudiantes de la Universidad Nacional Dong Hwa, que fueron encontrados después de un grave incendio en uno de los edificios del campus.
Sin embargo, las dificultades persisten en la ciudad de Hualien, donde 48 edificios residenciales resultaron afectados y algunos quedaron inclinados en ángulos pronunciados. Aunque parte de la vida cotidiana en la isla ha retomado su curso normal, cientos de personas aún están varadas en zonas remotas y la comunicación con algunas áreas sigue siendo parcial.
A pesar de la frecuencia de los sismos en Taiwán y la preparación de su población, este último evento ha sido uno de los más intensos en la historia de la isla en un cuarto de siglo. Las autoridades continúan trabajando sin descanso para rescatar a los atrapados y brindar ayuda a las comunidades afectadas, mientras la nación se recupera de esta tragedia natural.
