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Opinologa
Estados Unidos.- A un mes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre de 2024, la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump está más tensa e indecisa que nunca. Con la salida histórica de Joe Biden de la carrera en julio, Harris ha tiene la esperanza de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
Trump ha logrado mantener una base electoral firme, que incluso se ha fortalecido tras dos intentos de asesinato en su contra, uno en Pensilvania en julio y otro en Florida en septiembre. Este sentimiento de persecución ha unificado a sus seguidores, quienes ven en el expresidente una figura víctima de una supuesta “caza de brujas” por parte de sus adversarios políticos.
Los mítines de Trump, donde abunda la simbología del “Make America Great Again”, han continuado atrayendo multitudes fieles, en su mayoría convencidas de que su líder es el único capaz de “salvar” al país de la inmigración ilegal, la inflación y lo que él llama la “decadencia moral” impulsada por la izquierda.
Por otro lado, la candidatura de Kamala Harris ha revitalizado al Partido Demócrata después de que las encuestas reflejaran la pérdida de apoyo hacia Biden. Con un mensaje de renovación, Harris intenta presentarse como la líder de una “nueva generación” para el país, destacando su herencia multicultural como hija de padre jamaicano y madre india. A nivel nacional, Harris y Trump están prácticamente empatados en las encuestas, aunque ella mantiene una ligera ventaja del 2.2% en el voto popular. Sin embargo, esta diferencia es insuficiente en el sistema del Colegio Electoral, donde lo que realmente importa son los estados bisagra.
Como ha ocurrido en elecciones anteriores, los resultados se definirán en un puñado de estados indecisos, también llamados estados bisagra o pendulares. Estos estados, como Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Georgia, Carolina del Norte y Nevada, concentran la atención de ambos candidatos. Harris tiene una leve ventaja en algunos de estos territorios, mientras que Trump lidera en otros. Lo crucial es que estos siete estados suman 94 votos electorales, lo que podría inclinar la balanza a favor de cualquiera de los dos.


Entre estos estados, Pensilvania se destaca como el más disputado, con 19 votos electorales en juego. En 2016, Trump lo ganó por un estrecho margen, mientras que en 2020 Biden lo reconquistó. Harris confía en los grandes proyectos de infraestructura impulsados durante el mandato de Biden y en el apoyo sindical para mantener este estado en la columna demócrata. Sin embargo, Trump sigue apostando por el voto rural, que en elecciones anteriores fue decisivo.
Estados que Harris tiene asegurados
Estados que Trump tiene asegurados
Estados indecisos
La tensión política ha alcanzado un punto álgido, y en vísperas de las elecciones, los centros de votación en los condados más disputados están bajo estrictas medidas de seguridad, con vallas de hierro forjado y detectores de metales. Además, la certificación de los resultados en el Capitolio, que en 2021 fue escenario de disturbios protagonizados por simpatizantes de Trump, se llevará a cabo con un despliegue de seguridad sin precedentes.