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El BrujoBaja California.- En un giro más digno de un drama político que de una gestión seria, los burócratas del estado han decidido ponerse en pie de lucha. Con sus derechos al borde del abismo y un gobierno que parece operar con el manual de “Reformas a la Morena”, han declarado un paro general. ¿La razón? Una reforma a Ley de ISSSTECALI que, entre otros “detallitos”, propone jubilarse casi a la edad en que ya no se puede ni disfrutar del retiro (68 años, por si no estaban contando), convertir el fondo de pensiones en afores y aumentar las cuotas. Todo esto, claro, con el inconfundible toque de “nosotros sabemos lo que les conviene”.
La exigencia es clara: que la gobernadora firme una carta compromiso asegurando que no se tocarán los derechos adquiridos de los trabajadores. Y es que, como era de esperarse, las intenciones de la mandataria han encendido los ánimos. Durante su conferencia en Rosarito, con una confianza que roza el descaro, afirmó tener todos los votos necesarios en el Congreso para aprobar la reforma “si quisiera”. Este comentario no cayó nada bien, y Liz Mata, presidenta del PAN en el estado, salió al quite con un video donde la llamó “cínica y soberbia”. Al parecer, las relaciones entre el ejecutivo estatal y la oposición están al nivel de cordialidad de una discusión de sobremesa en Navidad.
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Mata, fiel a su papel de líder opositora, asegura que Acción Nacional no apoyará ninguna reforma que afecte los derechos de los trabajadores. Ahora, el reto está en que los tres diputados panistas en el Congreso demuestren que pueden más que levantar pancartas y frases hechas. Mientras tanto, el nuevo coordinador de la bancada tendrá que decidir si sigue la línea de su presidenta o si busca “ayudas” por otros medios, porque, seamos francos, la política es un juego donde nadie quiere quedarse sin su tajada.
Pero, más allá de los chismes legislativos, el problema tiene raíces más profundas. El ISSSTECALI está en crisis, eso nadie lo niega, pero antes de cargar el muerto a los trabajadores, ¿por qué no revisar las deudas de las dependencias públicas? Porque aquí hay un elefante en la habitación: las cuotas descontadas a los empleados que mágicamente no llegan a su destino. ¿“Jinetear” salarios? Parece que sí.
Y para rematar la tragicomedia, Ensenada, ese bastión de pesca, agricultura y turismo, lidera el ranking de deudores. El exalcalde Armando Ayala, ahora senador, no pudo ni abonar a la deuda del ISSSTECALI, pero para llenar el estado de espectaculares durante su campaña, parece que sí había presupuesto. Ah, las prioridades.
Mientras tanto, los burócratas seguirán en paro, el PAN intentará ser la oposición que promete, y la gobernadora seguirá jugando su ajedrez político. Eso sí, los derechos laborales penden de un hilo, pero, ¿qué más da? Al final, siempre hay una reforma que “si se quiere”, se aprueba.
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