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10 months agoon
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Redacción
Internacional.- En los últimos años, el término “woke” ha ganado notoriedad, especialmente en las redes sociales, donde se utiliza tanto en contextos de activismo social como de crítica. Originalmente, la palabra surgió dentro de la comunidad afroamericana para describir a las personas conscientes de las injusticias raciales. Sin embargo, su significado ha evolucionado, y hoy en día, se asocia con la conciencia social y política en general, abarcando temas como la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, la justicia social y la inclusión.
La raíz de “woke” proviene del verbo “wake” en inglés, que significa despertar, en el sentido de tomar conciencia. Este concepto, en sus inicios, invitaba a la reflexión sobre las desigualdades raciales y la necesidad de reconocer las discriminaciones existentes. Con el paso del tiempo, el término se amplió para incluir a cualquier persona que estuviera informada sobre los problemas sociales y políticos más relevantes, buscando un cambio en las estructuras de poder y promoviendo la inclusión a través del activismo.
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A pesar de sus orígenes positivos, hoy en día, el concepto de ser “woke” genera controversia. Para muchos críticos, el término ha adquirido una connotación negativa. A menudo se asocia con fenómenos como la “cultura de la cancelación”, que busca boicotear a personas o instituciones que sean percibidas como ofensivas o inapropiadas. Además, el concepto se vincula a la “corrección política”, en la que se evitan palabras o expresiones que puedan considerarse discriminatorias, y al radicalismo, una adopción de posiciones extremas en temas políticos y sociales.
Estos críticos argumentan que el movimiento “woke” ha creado un clima de intolerancia y censura, donde las opiniones disidentes son rápidamente descalificadas como “no woke”, lo que según ellos podría erosionar el debate abierto y la cohesión social. De acuerdo con esta perspectiva, el enfoque en la identidad y la victimización ha desplazado temas de mayor consenso y unidad social.
Por otro lado, hay quienes defienden el concepto, destacando que el activismo promovido por el movimiento “woke” ha permitido visibilizar temas sociales esenciales y ha impulsado cambios en la lucha por los derechos civiles y la inclusión. Para estos defensores, el término sigue siendo una llamada de atención para que las sociedades enfrenten sus problemas estructurales y dejen de ignorar las experiencias de los grupos marginados.
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