Estados Unidos .- La cantautora estadounidense Taylor Swift ha recuperado oficialmente los derechos de sus seis primeros álbumes de estudio, marcando el cierre de una batalla legal y emocional que duró casi seis años. El anuncio fue realizado por la propia artista este viernes, a través de una carta publicada en su sitio web oficial, donde compartió con sus seguidores la emoción de haber alcanzado lo que calificó como “el mayor sueño hecho realidad”.
“Puedo decir estas palabras: Toda la música que he hecho… ahora me pertenece… a mí”, escribió Swift. “He estado rompiendo en llanto de alegría a intervalos aleatorios desde que descubrí que esto realmente está sucediendo”.
La artista adquirió los derechos a través de un acuerdo con Shamrock Capital, firma que en 2020 había comprado el catálogo al productor Scooter Braun, quien previamente los había adquirido tras comprar el sello discográfico Big Machine Label Group, donde Taylor firmó sus primeros contratos. Desde entonces, la cantante denunció que nunca se le ofreció la oportunidad de comprar directamente sus másteres y que su obra fue vendida sin su consentimiento.
Esta situación llevó a Swift a lanzar el ambicioso proyecto de regrabación de sus discos bajo el sello Taylor’s Version, con el objetivo de recuperar el control creativo y comercial sobre su trabajo. Hasta ahora, ha relanzado con gran éxito “Fearless (Taylor’s Version)”, “Red (Taylor’s Version)”, “Speak Now (Taylor’s Version)” y “1989 (Taylor’s Version)”, que han sido ampliamente respaldados por sus fans.
La cantante reconoció que el enorme apoyo recibido durante su gira internacional “The Eras Tour”, que concluyó en diciembre de 2024 con más de 2,000 millones de dólares en ventas, fue clave para hacer posible la recompra. “El apasionado apoyo que mostraron a esos álbumes y la historia de éxito en la que convirtieron ‘The Eras Tour’ me permitieron recomprar mi música”, aseguró.
Taylor también destacó la disposición y transparencia de Shamrock Capital durante las negociaciones: “Gestionaron cada interacción con nosotros de forma honesta, justa y respetuosa. Para ellos era un negocio, pero sentí que lo veían como lo que era para mí: mis recuerdos, mi sudor, mi caligrafía y mis décadas de sueños”.
Con este logro, Swift no solo consolida su control total sobre su catálogo musical, sino que también se convierte en un símbolo de resistencia y empoderamiento para los artistas que luchan por los derechos sobre su propia obra.
