Tijuana .- A simple vista, su puesto parece parte del paisaje urbano, pero basta con detenerse unos segundos para descubrir un mundo de color, precisión y creatividad. Roberto, artista callejero de Tijuana, transforma plastilina en pequeñas esculturas que capturan la atención de grandes y chicos.
Su amor por el arte nació en casa, inspirado por su padre, quien también modelaba figuras, principalmente de mitología. “Mi papá fue el que me enseñó. Me dio curiosidad ver lo que hacía, guerreros, caballos… figuras mitológicas”, recuerda Roberto.
Desde los dos años, cambió los juguetes comunes por plastilina, sorprendiendo a su padre cuando logró hacer su primera escultura: un Gokú en fase Súper Saiyajin. “Se quedó impresionado, porque nunca imaginó que yo hiciera una figura así”, relata con orgullo.
Con el tiempo, su técnica se ha refinado. Para una figura sencilla puede tardar hasta 8 minutos, pero para personajes más complejos, como superhéroes o criaturas de fantasía, puede invertir hasta 4 horas. Sus precios van desde los 60 hasta los 225 pesos, dependiendo del nivel de detalle.
Roberto instala su puesto de viernes a domingo en la esquina del Cecut y de lunes a jueves sobre la avenida Revolución, donde cientos de personas se detienen a admirar —y muchas veces a llevarse— una pieza única hecha completamente a mano.
