Connect with us

Uncategorized

15 mil jóvenes sin prepa y un secretario de Educación escondido.

Published

on

Foto: Opinia

En Baja California la educación media superior atraviesa una crisis que ni el propio gobierno estatal parece dispuesto a reconocer, más de 15 000 jóvenes se quedarán sin un lugar en preparatorias públicas este ciclo escolar y mientras padres, maestros y estudiantes alzan la voz, el titular de la Secretaría de Educación brilla por su ausencia, es un silencio incómodo que huele más a evasión que a prudencia.

El diagnóstico es claro: en toda la administración de Marina del Pilar, Morena no ha inaugurado ni una sola aula nueva y por si fuera poco, eliminaron el programa Todos a la Prepa, que aunque imperfecto, permitía becar a jóvenes en escuelas privadas cuando no había cupo en las públicas. El resultado: miles de adolescentes forzados a abandonar sus estudios por falta de espacios, transporte o apoyo económico.

La respuesta oficial ha sido un cóctel de anuncios grandilocuentes y promesas futuras (como la construcción de una nueva universidad) que no atienden la urgencia actual. ¿De qué sirve planear un campus universitario cuando decenas de miles de jóvenes ni siquiera podrán llegar a ese nivel educativo? Es como construir un penthouse cuando la planta baja se está derrumbando.

El costo social de esta omisión es brutal: un año sin estudiar no se recupera con discursos, los jóvenes que hoy quedan fuera del sistema escolar entrarán al mercado laboral en condiciones precarias, serán más vulnerables a la violencia y verán reducidas sus oportunidades de movilidad social. En términos prácticos, el Estado está sembrando desigualdad a largo plazo.

Desde el PAN, la oposición ha aprovechado para denunciar el abandono y exigir el regreso de los convenios con preparatorias privadas, además de nuevas construcciones. Más allá de la estrategia partidista, los datos que exhiben provienen de la propia Secretaría de Educación vía solicitudes de transparencia. No hay truco: el déficit de espacios es real y no hay un plan de emergencia.

El secretario de Educación debería estar encabezando mesas de trabajo, presentando presupuestos y anunciando acciones inmediatas. En cambio, se mantiene fuera del radar público, dejando que la gobernadora reciba sola el desgaste político. Pero en este caso, la ausencia no es neutral: es una forma de complicidad con la inacción.

Mientras tanto, la juventud bajacaliforniana sigue esperando y como bien sabemos, en política se pueden improvisar discursos, pero no aulas. El tiempo corre… y las oportunidades se esfuman.

Click to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Publicidad