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Salud

Entre peluches y risas, payasitos obsequian momentos de felicidad a los pequeños en hospitales

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Foto: Border Zoom

Francisco Armendáriz, conocido como “Dr. Franky”; Armando López, “Dr. Fofito”; y Moisés, “Dr. Chamoy”, integran un grupo de payasitos que recorren los hospitales de la ciudad con una misión muy especial: regalar sonrisas en los momentos más difíciles.

Con narices rojas, moños grandes y coloridos, y mucha energía, estos entrañables personajes transforman los pasillos grises en escenarios de alegría. Además de palabras de aliento, llevan consigo pequeñas sorpresas y peluches, que entregan tanto a niños hospitalizados como a aquellos que esperan fuera del hospital acompañando a un familiar enfermo.

Armando López, “Dr. Fofito”, explicó que forman parte del grupo voluntario Grullas de Amor, que desde hace más de 14 años realiza esta labor altruista. “Durante todo el año visitamos distintas estancias médicas para llevar alegría a niños en situaciones de salud muy complicadas, tanto en el área general como en oncología”, comentó.

Una de las dinámicas más significativas es la entrega de un peluche con ‘certificado de adopción’, donde los pequeños deben ponerle nombre y comprometerse a cuidarlo. Este gesto, aunque sencillo, se convierte en símbolo de compañía, esperanza y responsabilidad en medio de la adversidad.

La misión también llega a las afueras de los hospitales, donde niñas y niños esperan por familiares en atención médica. Allí, los payasitos ofrecen consuelo y un momento de risa, reconociendo que la incertidumbre también afecta a quienes esperan.

Francisco Armendáriz, “Dr. Franky”, compartió que esta noble causa nació como iniciativa de un grupo de amigos con el mismo deseo: llevar un poco de felicidad a quienes más lo necesitan. Con el paso del tiempo, el proyecto ha crecido y sumado más voluntarios.

Por su parte, Moisés, “Dr. Chamoy”, recordó que su motivación fue personal: “Al principio, ellos me visitaban a mí. Yo estaba internado con cáncer. Me prometí que, si salía adelante, me uniría a ellos. Gracias a Dios hoy estoy aquí, devolviendo un poco de lo que en su momento recibí”.

A través de juegos, abrazos y pequeños detalles, este grupo de voluntarios demuestra que la risa, la empatía y el amor también son parte del tratamiento médico.

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