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Baja California

Partido del Trabajo en Baja California requiere nuevas caras, sus operadores ya no sirven.

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Foto: Opinia

Por Redacción | Mexicali, Baja California, 10 de diciembre de 2025.

El derrumbe del grupo bonillista dejó expuestos a sus más estrechos operadores. Sin el cobijo de su padrino político, figuras que durante años caminaron bajo órdenes -no bajo criterio propio- enfrentan hoy denuncias, procesos judiciales, contradicciones públicas y un futuro político incierto.

La pregunta que cruza al Partido del Trabajo (PT), donde se acomodaron por años, es simple y brutal:

¿Qué van a hacer ahora que ya no tienen quién les marque la ruta?

Mario Escobedo, Alonso Pérez Rico, Marco Antonio Blásquez, Isaías Bertín Sandoval y Sergio Moctezuma comparten algo más que lealtad bonillista:
todos están políticamente desfondados y administrativamente señalados.

Escobedo: ¿cómo opera un operador sin red?

Mario Escobedo fue denunciado por cohecho, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito por supuestos sobornos relacionados con estaciones de gas Blue Propane, mismas que colonos consideran peligrosas para miles de familias.

Durante años se sintió intocable.
Hoy, sin padrino y con el PT presionado por su desgaste, su valor político se evapora.
¿Qué aporta un operador que ya no opera nada?

El partido deberá decidir si lo protege o si lo deja caer.

Pérez Rico: de figura pública a procesado

El exsecretario de Salud, Alonso Pérez Rico, terminó vinculado a proceso por adjudicar irregularmente casi 40 millones de pesos a Arsa LAB.

Su antiguo protagonismo sanitario ya no le alcanza para justificar su debilidad política actual.

El PT lo sostuvo cuando generaba narrativa. Hoy genera problemas.

¿Quién arriesga capital político por un exfuncionario en proceso penal?

Blásquez: cuando el discurso duro ya no sirve

Marco Antonio Blásquez enfrenta una denuncia por violencia política contra las mujeres.

La torpeza con la que ha intentado defenderse expone la precariedad de su estructura política.

Lo que antes fue un vocero combativo hoy es un personaje incómodo incluso para su propio partido.

¿Lo mantendrán o ya afinan la ruta para deslindarse?

Bertín Sandoval: de la soberbia federal a la irrelevancia municipal

Isaías Bertín Sandoval vivió uno de los episodios más vergonzosos del bonillismo tardío: detenido en la madrugada, vehículo sin placas, acompañantes consumiendo alcohol y un reporte oficial que lo describe como “agresivo”.

En ese momento era diputado federal. Hoy es regidor del Ayuntamiento de Ensenada, un descenso político tan drástico como el desgaste que arrastra.

Bertín negó estar ebrio, pero no negó su actitud prepotente ni el intento de presumir influencia en la Mesa Federal de Seguridad.

La pregunta es inevitable:
¿A quién le sirve un político que perdió fuero, poder, estructura y prestigio… todo en menos de dos años?

Para el PT, cargarlo cuesta más de lo que jamás aportará.

Sergio Moctezuma: legislar para exigir lo que él mismo no cumple

Moctezuma fue impulsor del Registro de Deudores Alimentarios Morosos. Hoy, él mismo está denunciado por ser deudor.

Prometió 12 mil pesos quincenales para sus hijos. Pagó menos de 2 mil al mes. Un legislador que exige responsabilidad, pero no cumple la suya.

Para el PT, la contradicción es políticamente tóxica.

En Baja California ahora, ¿qué?

La caída del bonillismo dejó a sus operadores sin narrativa, sin estructura y sin respaldo. El Partido del Trabajo, que durante años usufructuó ese grupo, enfrenta una decisión inevitable:

¿Se hundirá con ellos o los soltará antes de que el desgaste destruya lo poco que queda de su imagen?

Lo cierto es que ninguno ha demostrado poder sobrevivir sin órdenes, sin guía y sin el manto protector de un jefe político.

Por primera vez en años, caminan solos y solos, se están desmoronando.

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