Este viernes, policías y agentes anticorrupción de Corea del Sur ingresaron al domicilio de Yoon Suk Yeol, presidente suspendido, en Seúl. El intento de arresto fue impedido por una unidad militar que bloqueó el avance de las autoridades, mientras seguidores de Yoon se concentraban en el lugar.
El dirigente enfrenta acusaciones de “rebelión” tras declarar inesperadamente una ley marcial el pasado 3 de diciembre, medida que desató una crisis política nacional. Aunque la Asamblea Nacional revocó la ley marcial horas después por presión ciudadana, Yoon permanece bajo investigación y tiene prohibido salir del país.
La orden de arresto, emitida por primera vez contra un presidente en funciones, deberá ejecutarse antes del lunes 6 de enero. Yoon prometió a sus simpatizantes “luchar hasta el final” y aseguró que la soberanía nacional está en riesgo debido a fuerzas internas y externas.
La situación genera tensiones en el país, con manifestantes a favor y en contra del presidente suspendido, mientras se espera la decisión del Tribunal Constitucional sobre su destitución definitiva.