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RedacciónTijuana . – En el Centro Cultural Tijuana (Cecut) se realizó un homenaje póstumo a dos defensores de derechos humanos que dedicaron su vida a la comunidad migrante: Ramiro Hernández, voluntario de la Casa del Migrante, y el pastor José Antonio Altamirano, exdirector del albergue El Pípila.
Durante el evento, la activista Graciela Zamudio entregó la estafeta a Carolina Farrera como nueva directora ejecutiva de Alma Migrante, destacando la importancia de reconocer el legado de quienes impulsaron la defensa de los derechos humanos como inspiración para nuevas generaciones.
Zamudio señaló que uno de los principales retos para garantizar el acceso a la justicia en México es la falta de especialistas en juicios de amparo, lo que limita que todas las personas puedan llevar sus casos ante un juez de distrito. También subrayó la situación de los refugiados que no reciben la tarjeta de visitante por razones humanitarias, lo que les impide acceder a derechos y servicios básicos.
Por su parte, Carolina Farrera expresó que asume el cargo con compromiso y amor hacia la causa, reconociendo que la encomienda es un desafío, pero con la determinación de continuar el legado en la defensa de los derechos humanos en Tijuana.
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