Connect with us

Internacional

Estados Unidos buscó colaboración de México en investigación contra Araceli Brown

Published

on

Foto: Opinia

Por Redacción
Ciudad de México.

La política mexicana vuelve a quedar bajo la lupa internacional. Araceli Brown Figueredo, actual diputada federal de Morena y dos veces alcaldesa de Rosarito, fue señalada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por presuntos vínculos con una fracción del Cártel de Sinaloa.

El señalamiento no es menor: Washington asegura que Brown utilizó su posición política para permitir que dicha organización criminal se infiltrara en estructuras del gobierno municipal de Rosarito, colocando a aliados en puestos clave y garantizando impunidad.

Aunque la OFAC no ha presentado pruebas públicas, el hecho de que la diputada aparezca fichada en su lista revive las sospechas que años atrás se tejieron en su contra, cuando narcomantas advertían sobre su supuesto contubernio con el crimen organizado.

La propia Brown intentó defenderse en redes sociales, asegurando que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) no le bloqueó cuentas y que incluso cruzó a San Diego días antes. Sin embargo, horas después sus cuentas fueron desactivadas, alimentando la percepción de opacidad.

Este viernes, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó en su conferencia matutina que el Gobierno de México recibió la solicitud de colaboración de la OFAC, aunque subrayó que Estados Unidos no presentó pruebas suficientes para sustentar el señalamiento.

El caso no es aislado. La OFAC anunció nuevas sanciones financieras contra integrantes del Cártel de Sinaloa y empresas ligadas a su red operativa en Baja California. Entre los nombres aparece Brown, una pieza política que hoy representa un flanco débil para Morena en medio de acusaciones internacionales.

La historia aún se escribe. Brown deberá decidir si pide licencia para enfrentar el proceso, mientras en el recuerdo quedan los asesinatos de policías en Rosarito y las amenazas que marcaron su administración municipal. La política morenista enfrenta ahora el mayor reto de su carrera: probar que no es cómplice de aquello que siempre negó.

Publicidad