La situación de los bomberos de Tijuana ha alcanzado un punto crítico debido a la falta de compromiso de algunos integrantes del Cabildo. La inasistencia de los ediles a seis sesiones consecutivas impidió que se lograra el quórum necesario para llevar a cabo las reuniones, lo que resultó en la pérdida de la oportunidad de adquirir el predio donde se encontraba la estación de bomberos en la zona centro. Esta falta de acción dejó a los bomberos sin una estación, y el propietario del terreno no tuvo más opción que desalojarlos.
Inicialmente, los bomberos fueron reubicados en la colonia Cacho, pero enfrentaron la oposición de los vecinos debido a diversas problemáticas que surgieron. Ante esta situación, la alcaldesa Montserrat Caballero tomó cartas en el asunto, escuchó las peticiones de los vecinos y ordenó que el cuerpo de bomberos se trasladara a la zona norte de Tijuana. Esta decisión, aunque necesaria, ha sido compleja y ha puesto de manifiesto la falta de apoyo y compromiso por parte de los regidores.
La noble institución de los bomberos, que siempre ha estado al servicio de la comunidad, se encuentra ahora en una situación precaria. La próxima administración tendrá que enfrentar una decisión importante y nada fácil: encontrar una solución permanente para los bomberos de Tijuana. Es imperativo que se tomen medidas concretas para asegurar que estos héroes anónimos tengan un lugar adecuado desde donde puedan seguir protegiendo a la ciudadanía.
La falta de voluntad política y el desinterés de algunos regidores han llevado a los bomberos a convertirse en verdaderos peregrinos, buscando un lugar donde puedan establecerse y continuar con su invaluable labor. Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y brinden el apoyo necesario a quienes arriesgan sus vidas diariamente por el bienestar de todos. La comunidad de Tijuana merece un cuerpo de bomberos con las condiciones adecuadas para operar, y los bomberos merecen el respeto y el respaldo de sus líderes.
La situación actual es un llamado de atención para todos los involucrados. La próxima administración debe corregir este error y demostrar que el compromiso con la seguridad y el bienestar de la comunidad es una prioridad. Los bomberos de Tijuana no deben ser tratados como peregrinos sin hogar; merecen un lugar digno desde donde puedan seguir salvando vidas y protegiendo a la ciudad.
