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Economía

Estalla huelga en los puertos estadounidenses de la Costa Este y el Golfo de México

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Ciudad de México.- La huelga de estibadores portuarios en los puertos de la costa este y del golfo de Estados Unidos, iniciada el 1 de octubre de 2024, está afectando significativamente el comercio marítimo del país. Este paro, que es la primera huelga en esta región desde 1977, involucra a más de 45,000 de los 85,000 miembros de la International Longshoremen’s Association (ILA), y ha paralizado puertos clave como Nueva York, Savannah, Houston y Miami. El conflicto entre los trabajadores y la U.S. Maritime Alliance (USMX) se centra en la demanda de mejores salarios y protecciones contra la automatización, uno de los temas más preocupantes para los trabajadores portuarios.

El impacto económico de la huelga es considerable. Se estima que la paralización afecta al 43% del comercio marítimo de Estados Unidos y podría generar pérdidas de hasta 5,000 millones de dólares diarios, según JPMorgan. Los puertos en huelga son cruciales para el comercio de bienes de consumo e industriales, como alimentos, automóviles, hidrocarburos, prendas de vestir, muebles y electrodomésticos. Entre los productos más afectados están las frutas frescas, como los plátanos y cerezas, que ingresan a través de los puertos de Wilmington y Filadelfia, así como resinas y plásticos exportados desde Houston. La huelga también detiene la importación de productos esenciales para la industria manufacturera estadounidense, como piezas de maquinaria y productos de hierro y acero, lo que podría afectar a las fábricas en el país.

Uno de los principales puntos de conflicto es la automatización en los puertos, que según los estibadores, amenaza con eliminar empleos. Juan Domínguez, uno de los manifestantes en el Puerto de Miami, expresó su preocupación sobre cómo la maquinaria está reemplazando el trabajo humano, dejando a los trabajadores sin empleo. Mientras tanto, la USMX ha ofrecido un aumento salarial del 50% a lo largo de seis años, pero el sindicato ha rechazado la propuesta, exigiendo mejoras más sustanciales.

A nivel internacional, la huelga también afecta el comercio con China, ya que gran parte de las mercancías transportadas entre este país y los puertos estadounidenses de la costa este y del golfo pasan por el Canal de Panamá. Aunque algunas empresas podrían optar por desviar sus operaciones a la costa oeste, el costo y la logística de esta alternativa son prohibitivos para muchos productos, especialmente aquellos con una baja relación valor-peso, como las materias primas y los productos agrícolas. A corto plazo, los consumidores estadounidenses podrían enfrentar un aumento de precios en alimentos perecederos y una escasez de bienes no perecederos, como electrodomésticos y automóviles europeos.

Ante la gravedad de la situación, más de 200 grupos empresariales han instado al gobierno de Joe Biden a intervenir, solicitando que se invoque la Ley Taft-Hartley, que permitiría forzar a los estibadores a volver al trabajo. Sin embargo, Biden ha expresado que no tiene intención de utilizar esta ley, prefiriendo que las negociaciones entre las partes se resuelvan a través de la negociación colectiva. A pesar de los esfuerzos del gobierno para mediar, no está claro cuánto tiempo durará la huelga y cuáles serán sus consecuencias a largo plazo para la economía estadounidense y sus socios comerciales.

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