Donald Trump anunció un arancel del 25% a todos los automóviles importados que no sean fabricados en Estados Unidos, como parte de su estrategia para fortalecer la industria automotriz nacional. El presidente justificó la medida señalando que, durante administraciones anteriores, los fabricantes trasladaron su producción a México y Canadá, lo que afectó el empleo y la economía de EE. UU.
“Si construyen en Estados Unidos, no habrá arancel”, dijo Trump, dejando claro que solo se evitará el impuesto produciendo dentro del país.
En 2024, EE. UU. importó productos automotrices por 475 mil millones de dólares, de los cuales casi la mitad fueron vehículos ensamblados en el extranjero.
Reacción de Canadá El primer ministro de Canadá, Mark Carney, respondió que su gobierno protegerá la industria automotriz canadiense. Anunció planes para crear una “red completamente canadiense” de componentes automotrices, reduciendo su dependencia del mercado estadounidense y mitigando posibles efectos negativos.
La medida también podría generar tensiones comerciales y aumentar los costos de importación de vehículos de fabricantes con plantas en México, Canadá, Europa y Asia.