México.- Para la mayoría de las personas, el 29 de febrero es solo un día más en el calendario. Sin embargo, para un selecto grupo de individuos, esta fecha tiene un significado especial: es su cumpleaños. Nacer en un día bisiesto implica celebrar el cumpleaños solo cada cuatro años, durante los años bisiestos. En los años no bisiestos, la elección recae en celebrar el 28 de febrero o esperar hasta el 1 de marzo.
Aunque la celebración se reduce a un cuarto de siglo, legalmente, aquellos nacidos el 29 de febrero no enfrentan problemas. Para estos individuos, su cumpleaños se vuelve aún más especial, siendo una ocasión única que solo se presenta cada cuatro años.
Un dato curioso agrega un toque de rareza a esta fecha especial: la probabilidad de nacer un 29 de febrero es de 1 en 1,461. Esta rareza estadística contribuye a la singularidad de aquellos que comparten este día único.
El próximo año bisiesto está fijado para el 2028, y aquí hay una lista de algunos años bisiestos futuros: 2028, 2032, 2036, 2040, 2044. Estos años bisiestos son una parte crucial del calendario gregoriano, el calendario más utilizado en el mundo, diseñado para compensar la discrepancia entre el año solar y el año civil mediante la inserción de un día extra cada cuatro años.
No obstante, la peculiaridad de nacer un 29 de febrero no está exenta de desafíos. Aquellos nacidos en años bisiestos a menudo enfrentan dificultades al obtener documentos como actas de nacimiento o la Clave Única de Registro de Población (CURP). El Registro Civil no reconoce el 29 de febrero como una fecha válida, dejando a los padres con la elección de registrar al recién nacido como si hubiera llegado al mundo el 28 de febrero o el 1 de marzo.
Así, cada persona nacida un 29 de febrero se enfrenta a la elección de registrarse como si hubieran nacido el 28 de febrero o el 1 de marzo. Esta elección práctica puede anular la idea de cumplir años cada cuatro años, al menos en términos legales.
Sin embargo, es probable que aquellos cercanos a alguien nacido en esta fecha sigan bromeando, considerándolos “más jóvenes” de lo que indican sus documentos. La rareza y la singularidad de nacer en este día bisiesto continúan añadiendo un toque especial a la vida de quienes tienen la suerte de experimentar este fenómeno.
El origen del año bisiesto se remonta a Julio César en el año 40 a.C., aunque no fue hasta 1582, con la introducción del calendario gregoriano impulsado por el papa Gregorio XIII, que se implementaron reglas más precisas. Este calendario estableció excepciones para los años múltiplos de 100, a menos que también fueran divisibles por 400, ajustando el desfase y dando forma al sistema actual.
