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Ecología

Contaminación en Playas de Tijuana afecta las playas de California

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Tijuana, Baja California.- En los últimos años, la calidad del agua en las playas de California ha mostrado una tendencia preocupante hacia el deterioro, especialmente entre 2023 y 2024. Este fenómeno ha sido documentado en un informe anual de Heal the Bay, una organización ecologista que evalúa la calidad del agua en 700 playas de la costa del Pacífico, desde Washington hasta Baja California, asignándoles calificaciones de la A a la F según los niveles de contaminación bacteriana. 

El informe de 2024 reveló que solo el 89% de las playas de California recibieron calificaciones de A o B durante los meses secos del verano, lo que representa una disminución del 6% respecto al año anterior.


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La playa más afectada en la lista “Beach Bummer” de Heal the Bay es la desembocadura del río Tijuana en el condado de San Diego, una zona conocida por sus recurrentes problemas de contaminación. La situación es especialmente grave en las playas del sur de California, donde varias de ellas, incluidas Tijuana Slough, Imperial Beach y Border Field State Park, han sido catalogadas como altamente contaminadas.

Uno de los factores que han contribuido al deterioro de la calidad del agua son las intensas tormentas invernales que California ha experimentado recientemente. Estas tormentas han incrementado el flujo de aguas residuales hacia el Océano Pacífico, exacerbando la contaminación bacteriana en las playas. Durante la temporada de invierno, solo el 66% de las playas de California recibió calificaciones de A o B, en comparación con el promedio histórico, afectando negativamente tanto la salud pública como la economía local, especialmente en áreas dependientes del turismo.

La contaminación en las playas del condado de San Diego está fuertemente influenciada por el flujo de aguas residuales provenientes de Tijuana. Millones de litros de aguas residuales, tanto tratadas como no tratadas, son vertidos diariamente en el río Tijuana y finalmente llegan al océano. Esta situación ha llevado a la alcaldesa de Imperial Beach, Paloma Aguirre, a describir el problema como “el mayor desastre medioambiental y de salud pública del país, que nadie conoce”. La infraestructura de tratamiento de aguas residuales en Tijuana, administrada por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (IBWC, por sus siglas en inglés), está sobrecargada y carece de fondos suficientes, lo que agrava el problema.

En respuesta a esta crisis, el estado mexicano de Baja California ha iniciado un proyecto de rehabilitación de su infraestructura de alcantarillado, con una inversión planificada de 530 millones de dólares entre 2023 y 2027. Se espera que estas mejoras puedan reducir significativamente los vertidos de aguas residuales en el futuro cercano.

La planta internacional de tratamiento de aguas residuales en el lado estadounidense de la frontera, diseñada para limpiar las aguas contaminadas de México, está en proceso de recibir una actualización significativa. Se espera una inversión de 30 millones de dólares para su modernización y una expansión de 400 millones de dólares con fondos federales para duplicar su capacidad. 

Sin embargo, aún se necesitan otros 200 millones de dólares para completar el proyecto. Esta expansión es crucial para reducir la cantidad de aguas residuales que llegan al océano y, por ende, mejorar la calidad del agua en las playas afectadas.

A pesar de estos esfuerzos, la situación sigue siendo crítica. Según el monitoreo bacteriológico realizado por Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental, playas como El Faro, Playa Blanca y Parque México en Baja California no son aptas para uso recreativo debido a altos niveles de enterococos. Estos microorganismos pueden causar una variedad de enfermedades, incluyendo infecciones urinarias, bacteriemia y endocarditis, lo que subraya la urgencia de abordar la contaminación de manera efectiva.

Según un monitoreo bacteriológico del 5 de junio de Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental, las playas de El faro, Playa Blanco y Parque México resultaron no aptas para uso recreativo debido a su alto índice de enterococos.

Además, comunicación de la COEPRIS BC resaltó que se darían a conocer durante los próximos días el monitoreo bacteriológico oficial frente a la temporada vacacional.

La cooperación entre Estados Unidos y México es esencial para resolver este problema transfronterizo y mejorar así las infraestructuras de tratamiento de aguas residuales y garantizar un monitoreo constante de la calidad del agua. Además, es crucial concienciar a la población sobre la importancia de mantener las playas limpias y seguras, tanto para la salud pública como para la preservación del medio ambiente.

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