Ciudad de México.- El décimo aniversario de la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa ha marcado un punto crítico en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. En su conferencia matutina, el mandatario expresó su “tristeza y solidaridad” con las madres y padres de los jóvenes desaparecidos, reiterando que su gobierno hizo “todo lo posible” por encontrarlos, pero admitiendo que las cosas se “complicaron” debido a intereses ajenos a la investigación. A pesar de estos esfuerzos, López Obrador reconoció que no se avanzó como se deseaba y que será la próxima administración de Claudia Sheinbaum la que continuará con el caso.
El presidente subrayó que su gobierno se comprometió con los padres a esclarecer los hechos, y aunque no lograron cerrar el caso, aseguró que “la verdad siempre se abre paso, y la justicia tarda pero llega”. Además, enfatizó que las demandas de los familiares son legítimas y que están en todo su derecho de manifestarse, instando a la ciudadanía a comprender el dolor de perder a un ser querido, especialmente un hijo. Sin embargo, también señaló que había grupos infiltrados en las manifestaciones, a los que calificó de “sectarios conservadores”, quienes intentan provocar disturbios y dañar edificios históricos como el Palacio Nacional.
El distanciamiento entre el presidente y los familiares de los normalistas se ha agudizado en las últimas semanas, sobre todo después de que López Obrador contradijera los hallazgos de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (Covaj), creada por su propio gobierno. Esta comisión concluyó en 2022 que la desaparición de los 43 estudiantes fue un “crimen de Estado” en el que participaron autoridades de todos los niveles, incluyendo las Fuerzas Armadas. A pesar de esto, López Obrador ha mantenido una postura firme en defensa del Ejército, afirmando que los mandos militares han colaborado en la investigación y que no existe una prueba directa que los involucre en la desaparición.
El mandatario también aprovechó la ocasión para enviar una carta a los padres y madres de los normalistas, en la que reiteró su compromiso de buscar a los jóvenes hasta el último momento de su gobierno. En la misiva, que fue acompañada de un informe con los avances de la investigación y anexos abiertos al público, López Obrador insistió en que las Fuerzas Armadas han actuado de manera correcta y que su gobierno no ha protegido a nadie. Además, acusó a la periodista Anabel Hernández de calumniarlo al señalar a las fuerzas de seguridad del gobierno federal como responsables de la desaparición.
El presidente también defendió a las Fuerzas Armadas argumentando que su desprestigio beneficiaría a grupos hegemónicos y extranjeros que buscan socavar las instituciones mexicanas. Según López Obrador, las críticas hacia el Ejército responden a intereses políticos y económicos que buscan debilitar la autoridad nacional. No obstante, afirmó que si en el futuro se encuentran pruebas que involucren a militares en el caso Ayotzinapa, estos deberán ser castigados, pero insistió en que hasta ahora no existen evidencias concluyentes.
A pesar de sus palabras de apoyo a los padres de los 43 normalistas, la frustración y el desencanto entre los familiares son palpables. Han pasado 10 años desde la trágica noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, y el paradero de los estudiantes sigue siendo un misterio. A lo largo de este tiempo, se han realizado múltiples estudios genéticos, todos con resultados negativos, y el caso ha estado marcado por encubrimientos, manipulaciones y la falta de información crucial, especialmente por parte del Ejército.
La promesa de López Obrador de esclarecer el caso fue uno de los pilares de su gobierno desde que asumió la presidencia en 2018. Sin embargo, la complejidad del caso y la resistencia de ciertos sectores, según él, han dificultado alcanzar la verdad. Ahora, la responsabilidad de continuar con la investigación recaerá en la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, a quien López Obrador describió como una mujer de principios y justicia.
Este aniversario es un recordatorio doloroso de la impunidad que prevalece en México y de los desafíos que enfrentan las autoridades para resolver uno de los casos más emblemáticos de violaciones a los derechos humanos en el país. Las familias de los 43 normalistas siguen exigiendo verdad y justicia, mientras que el futuro del caso Ayotzinapa queda en manos del próximo gobierno.
